Exposición artística

Una retrospectiva de la obra de Pilar Burges

La exposición exhibe en la Casa de los Morlanes un recorrido a través de más de 60 obras, sin orden cronológico, que muestra la diferencia de estilos de la artista.

Imagen de la muestra de Pilar Burges en la Casa de los Morlanes
Una exposición ofrece una retrospectiva de la obra de Pilar Burges
DANIEL MARCOS

 La Casa de los Morlanes de Zaragoza acoge una retrospectiva de la obra de la artista aragonesa Pilar Burges, que realiza un recorrido desde sus inicios, con retratos y paisajes, hasta sus últimos años, dedicados al surrealismo.


Así lo ha explicado en rueda de prensa el comisario de la muestra, Jesús Pedro Lorente, quien ha destacado la gran labor artística de Burges y el poco reconocimiento que ha tenido en su propia tierra.


La exposición exhibe un recorrido a través de más de 60 obras, sin orden cronológico, que hacen "más comprensible" la diferencia de estilos de la artista a lo largo de su trayectoria profesional.


El certamen comienza con retratos, desnudos académicos y paisajes, obra por la que Burges fue conocida en Zaragoza, en la que se enseñan numerosos autoretratos siguiendo la estela de "su admirado Goya", ha explicado Lorente.


"En todos ellos muestra su temperamento, mezcla de modernidad con un toque expresionista y colorista", ha recalcado.


En su periplo por varias escuelas de Barcelona, París y Roma, comienza a desarrollar su interés por el diseño teatral y la restauración mural.Evolución

En los años 50, Burges se convierte en una "gran muralista", época de la que solo quedan sus murales religiosos, aunque también pintó para bares, tiendas o clubes, en cuyas pinturas se muestra "una gran alegría de vivir", ha señalado.


Su interés en los 60 pasa por otras técnicas como la del cristal decorado y el diseño de vidriera, en la que comienza a decrecer esa alegría que la caracterizó a sus comienzos y que coincide con el paso a la vejez.


Su obra expresionista se generó en 1978, cuando ella se obsesiona con Goya, con los caprichos y los desastres, y "entra en una fase expresionista que no le abandonará y que cultiva un pronunciado carácter de protesta".


La sala central de la exposición está dedicada a la sátira burlesca, en el que desarrolla lo que ella denomino "realismo situacional", con obras como 'La bufonada del trasvase', ha indicado Lorente.


El último recorrido se aprecia la "obsesión por los peligros de la vida en las grandes ciudades y la industria nuclear", ha indicado, y que deriva en el surrealismo.


"Ella era muy conocida por el expresionismo, por las imágenes de bufones y de las gentes del teatro con las que hacia sátira de la situación contemporánea", ha explicado.


Sin embargo, su faceta surrealista es de lo "más importante" que realizó pero que, según el comisario, "no supo vender".