GASTRONOMÍA

"¡Qué rico está el tomate recién cogido de la huerta!"

El 'convivium' de Sloow Food de Zaragoza comienza el curso con una cata de seis variedades aragonesas de esta hortaliza

Un buen número de militantes y simpatizantes de la organización Slow Food de Zaragoza participaron ayer en la cata de hasta seis variedades de tomates procedentes de dos explotaciones aragonesas. Hubo lleno a rebosar en el Bar Babel de la capital, foro elegido para este comienzo del curso, tras el paréntesis veraniego, del 'convivium' Ínsula Barataria de este movimiento que batalla por la recuperación de los productos tradicionales y por la difusión de una filosofía que combina placer y conocimiento, frente a la estandarización de los gustos y costumbres culinarias.

 

La explotación familiar de agricultura ecológica Ecoguaral, de Perdiguera, aportó tomates de las variedades Urdán, Rosado de Huesca y Corazón de San Lorenzo. Desde las parcelas de la explotación de San Mateo de Gállego El Huerto de la Cerrada, llegaron abundantes ejemplares de las variedades Rosado, Óptima y de Pera.

 

Los asistentes a la cata pudieron comparar las cualidades de unos y otros, aunque todos ellos estaban exquisitos. Quedó claro, como dijo David Olmo, uno de los coordinadores, que lo importante "es que son tomates que se han criado en temporada, que han tenido el tiempo suficiente de madurar en la mata y que han sido cogidos el día anterior, por lo que conservan todo el aroma y todo el sabor". Algunas bandejas estaban sin aliñar, para que cada comensal pudiera aderezarlos a su gusto. Otras habían sido preparadas con buena mano en la cocina del establecimiento, añadiendo incluso cebollino. Los tomates se acompañaron con vinos Murero Vidadillo, con Cojón de Gato y con Tempore Tempranillo.