CINE

Michael Winterbottom se pierde en "Genova", y los Coen se llevan los aplausos

El cineasta británico decepciona con su película a concurso, protagonizada por Colin Firth. La de los directores norteamericanos se pudo ver en una sesión especial, al igual que la hilarante "Tropic Thunder".

La presencia de Michael Winterbottom en la competición oficial del Festival de San Sebastián obligaba a pensar que un cineasta como él, de prestigio y con buenos títulos en su haber, que además ha concursado en dos ocasiones anteriores con "Nine songs" y "Tristan Shandy, a cock and bull story", traía algo muy bueno. Al menos, algo bien hecho y realizado con ideas claras. Pero la decepción ha sido de las que hacen historia. "Genova" no solo no se corresponde con el tipo de cine que el realizador ha hecho hasta ahora, ni en estilo ni siquiera en una aproximación de contenidos. Es que la suya es una de esas historias en las que te pasas todo el tiempo esperando que suceda algo realmente importante y nunca pasa nada.


Protagonizada por Colin Firth, que acudió a la presentación en San Sebastián, "Genova" comienza con una tragedia, la muerte de una mujer en un accidente de tráfico. Para tratar de superar el dolor, y sobre todo para que sus dos hijas noten menos la ausencia de la madre, el marido decide abandonar durante un tiempo no solo su casa y su trabajo, sino también Estados Unidos. Los tres viajan hasta la ciudad de Génova, donde tratan de comenzar una nueva vida, aunque no resultará fácil.


Vista así la historia, la película podría haber funcionado si entre los objetivos de Winterbottom hubiera estado el propósito de hacer un filme coherente, dotado de sentido, y no construido, como ha hecho, con una sucesión de secuencias en las que mantiene alerta al espectador como si algo fuera a suceder, sin que algo ocurra. Así, hasta llegar a un final tan descafeinado como toda la película.


En cualquier caso, "Genova" no fue la peor de las dos películas presentadas ayer a concurso. Y es que la francesa "La belle personne" superó todos los límites. Dirigida por Christophe Honoré, parece ser, y digo parece, una adaptación a la vida moderna de la novela "La princesa de Clèves", de Madame de La Fayette. Lo que en el original sucedía en la corte de Enrique II, ahora tiene lugar en el París de hoy día, concretamente en un instituto. La cosa comienza cuando una adolecente, que como las protagonistas de la película anterior también ha perdido a su madre, llega a ese instituto y pronto, por su belleza, varios de sus compañeros, incluso un profesor, se enamoran de ella. Total, un lío, ya que salen a relucir todos los problemas que hay en su clase. Todo esto, en un alarde de cursilería, lo reviste Christophe Honoré de música, con canciones que se nos ofrecen de principio a fin y que acaban por copar buena parte del tiempo que dura la película. En fin, un desastre.


Así las cosas, vuelve a suceder lo que en tantas otras ocasiones. Si exceptuamos "Frozen river", la película estadounidense que se presentó el sábado a concurso, el mejor cine vuelve a estar en otras secciones. De momento, les anticipo que la última obra de los hermanos Coen, que se estrenará el próximo día 10 de octubre, es un festival de buen cine. Protagonizada por George Clooney, Brad Pitt, Frances McDormand y John Malkovich -que es quien ha venido a presentarla en el festival-, "Quemar después de leer" a lo mejor no es el mejor trabajo de los Coen, pero es muy buena, tiene unas interpretaciones fabulosas y un guión, como todos los de estos geniales hermanos, que es un lujo para cualquier director. Y, además, el entretenimiento y las risas están asegurados ya desde el mismo título, donde a continuación de "Quemar después de leer" han escrito: "La inteligencia es relativa".


Más que risas, lo que hay son carcajadas con "Tropic Thunder, una guerra muy perra", una película loca loca, que ha dirigido Ben Stiller y en la que se cuentan las peripecias de un grupo de estrellas de Hollywood cuando, mientras ruedan una película de guerra en Vietnam, son abandonados a su suerte en plena selva. Irreverente, gamberra, no es una gran película, ni tan siquiera es buena buena, pero la diversión está garantizada.