"Es un festival que va directo al núcleo de nuestro medio de vida, el turismo, y hay que hacer todos los esfuerzos para no darle carpetazo después de dos décadas". Quien habla así es el alcalde de Aínsa, José Miguel Chéliz, refiriéndose al Festival de Música Castillo de Aínsa, que en julio cumplirá 20 añitos. Una opinión que corrobora su homólogo de Canfranc, Fernando Sánchez, al hablar de Pirineos Classic: "No solo es cultura, aquí la hostelería en julio le debe parte de su ocupación".

Aún están muy lejos los primeros calores y los ayuntamientos ya trabajan en la organización de los certámenes de verano. La eliminación de la partida de los Festivales en Aragón de los presupuestos del Gobierno aragonés se ha convertido en un quebradero de cabeza. ¿Cómo van a sobrevivir? Recortar días, eliminar actividades gratuitas, ir a la caza del ansiado patrocinador privado... Son algunas de las estrategias que manejan con unos presupuestos que han caído, en algunos casos, más de un 50%.

Curtidos en estas lides

Algunas de las citas estivales que más van a apretarse el cinturón son auténticas veteranas. Toño Monzón, director del turolense Puerta del Mediterráneo (Mora de Rubielos y Rubielos de Mora), apunta que "llevamos cuatro años adaptándonos a ajustes, pero los ayuntamientos están decididos a seguir adelante por su cuenta con los respaldos de la diputación y la comarca de Gúdar-Javalambre".

Camino de su vigesimocuarta edición, el montante económico, sin la aportación del Ejecutivo autónomo, ha bajado de 175.000 euros a 98.000 (lo que supone un 44% menos). El remedio: "Estamos planteando seis espectáculos de gran formato, tres en cada escenario, dos menos que el año pasado. Además prescindiremos de las actuaciones gratuitas de calle. Nuestra máxima es que la calidad no se pierda", dice Monzón.

En una tesitura parecida está el Festival de Alcañiz, para el que la subvención de la DGA suponía el 40% de 160.000 euros. "Todavía no sabemos con exactitud cuántas representaciones vamos a poder contratar, en 2010 ya rebajamos de siete a cinco, y habrá que valorar muy bien el número de funciones final", reconoce la concejal de Cultura del Ayuntamiento alcañizano, Concha Tello. Y lanza un reto: "Si alguien tiene la varita mágica, que me la deje".

Un nuevo modelo de certamen

La reestructuración va más allá en el caso del Festival del Castillo de Aínsa. "Vamos a racionalizar las fechas, y en lugar de abarcar tres fines de semana en julio y días previos, que resultaba muy costoso y complicado, lo concentraremos en cinco o seis días seguidos una misma semana", adelanta José Miguel Chéliz, primer edil del municipio oscense. Aún hay más. "Vamos a cambiar incluso de imagen, pero sin perder nuestra personalidad y la singularidad de realizar actividades en distintos lugares del casco antiguo", recalca Chéliz.

El Ayuntamiento espera firmar un convenio con un socio privado, una empresa especializada en la gestión y producción de espectáculos. El alcalde reconoce que la ausencia de la DGA ha hecho "un roto importante". El presupuesto institucional alcanzó en 2010 los 146.000 euros, de los que 90.000 provenían de las arcas autonómicas, lo que supone un 61%. El coste global, según Chéliz, rondó los 400.000 euros "incluyendo ingresos por ventas de entradas, gestión de barras y patrocinios".

Bienvenida la ayuda

El Festival Música y Culturas Pirenaicas de la Jacetania PIR se limitará a un fin de semana, el 2 y 3 de julio en Ansó. El presidente de la comarca, Alfredo Terrén, no esconde las "dificultades" para llevar adelante sus festivales de verano. Un alivio va a suponer el convenio que suscribieron en septiembre del año pasado con Telefónica, por el que la compañía financia 450.000 euros en tres años para ferias y citas culturales.

A puertas empresariales como esta y otras están llamando muchos, como el Festival Internacional de Música Antigua de Daroca, como comenta la diputada de Cultura de la Diputación Provincial de Zaragoza, Cristina Palacín. Esta institución va a mantener su partida para Festivales del Cuarto Espacio, alrededor de 300.000 euros, y, en caso necesario, "haremos una distribución más ecuánime para apoyar a los que queden en peores condiciones", asegura Cristina Palacín.