OCIO y gastronomía

Entre tapas y conejos de piedra

La oficina de Turismo de Zaragoza organiza todos los sábados una ruta que marida gastronomía y patrimonio. La visita incluye paradas en Casa Montal y Bodegas Almau, con jamón y vino incluido.

Un visitante recibe una copa de vino de Bodegas Pirineos.
Entre tapas y conejos de piedra
LA ALMOZARA

«¿Y qué es eso del ternasco?», pregunta una de las visitantes. «Una carne muy rica que comemos en Aragón», responde Laura Madurga, la guía turística de Saborea Zaragoza. Este itinerario organizado por la oficina de Turismo ofrece cada sábado visitar parte del casco histórico de la ciudad y admirar dos de los atractivos más potentes de la ciudad: gastronomía y patrimonio. La ruta la componen habitualmente 25 personas, tiene un coste de 12 euros y comienza por las mañanas. Aunque suele empezar a los pies de las murallas romanas, la lluvia provocó ayer que la visita se iniciase en lo alto del Torreón de la Zuda.

«Me parece interesante eso de que nos enseñen la ciudad y, ya de paso, nos den algo de comer», comenta Josefina Montesinos, una malagueña de paso por Zaragoza. ¿Pero le interesa más: el patrimonio o la gastronomía?. «Hombre las dos cosas, aunque lo de la comida es todo un incentivo. Yo hoy solo he desayunado un zumito», añade la señora con gracia andaluza.

La primera parada es 'La calle indiscreta', un espacio en la avenida César Augusto dedicado al medio ambiente. Allí, una guía explica a los visitantes la evolución de la gastronomía en la región. La introducción de ciertas hortalizas por parte de los romanos, la importancia que los musulmanes dieron al agua? A pesar de no ser la mejor hora para una lección de historia (ojo, sábado por la mañana y con lluvia), los visitantes siguen atentos las explicaciones de la guía.

A continuación, Laura Madurga explica a los visitantes algunas curiosidades de la siguiente parada, el Mercado Central. «Si buscan bien, en la fachada podrán encontrar esculpido un conejo», indica la guía. «¿Dónde, dónde?», preguntan los visitantes. «Allí, debajo de la cabeza de aquella escultura», responde Madurga mientras enseña al público una fotografía con el detalle del animalito. El hallazgo sorprende a los presentes. «Yo he pasado cientos de veces por aquí y es la primera vez que lo veo», explica el zaragozano José Antonio Martínez.

Y como las cosas buenas son las que se hacen esperar, el incentivo de las tapas llega al final. Tras una visita rápida por el interior del Mercado Central y las calles del casco histórico, las paradas para tomar algo se sitúan en Casa Montal y Bodegas Almau.

El jamon de Teruel es, en Casa Montal, el gran triunfador de la mañana. «Está increíble», comenta Eudald Prat, un barcelonés que está de visita turística. «Buenísimo», añade la zaragozana Irene Rico. Entre los bocados y los sorbitos de vino, Begoña Martínez cuenta por qué se apuntó a Saborea Zaragoza. «Es un regalo que nos hicimos mi marido y yo por nuestro octavo aniversario de noviazgo. Nos gustó eso de mezclar visita turística con tapeo. Y si además incluye vinito, bienvenido sea». Pues que aproveche.