Con el éxito de 'Que se mueran los feos' aún reciente, el zaragozano Nacho G. Velilla presentó ayer en Málaga 'No lo llames amor? llámalo X', de la que es productor y ha participado en el guión. Una comedia romántica en el marco del rodaje de un filme para adultos. Llega a las salas en 6 de mayo.

Primero fue una comedia culinaria, luego una rural y ahora una romántica en el ámbito del porno. ¿Por qué esa elección?

Siempre buscamos historias que nos interesan pero desde un punto de vista diferente; intentamos darles la vuelta. 'Fuera de carta' era una comedia familiar atípica; con 'Que se mueran los feos' queríamos hacer una comedia romántica, no con ese mundo maravilloso de guapos, sino con feos y en un ambiente rural, y 'No lo llames amor? llámalo X' se desarrolla donde parece que no hay nada de amor: en el rodaje de una peli porno.

La Guerra Civil es un tema delicado. ¿Qué les llevó a ambientar ese filme X ficticio en el conflicto?

El tópico dice que en España solo se hace cine sobre la Guerra Civil y de tetas, y decidimos juntar las dos cosas. Ha pasado un tiempo como para desdramatizar aquello, no para reírnos de algo tan dramático, sino tomarlo desde otro punto de vista, como han hecho grandes directores. En 'La vaquilla', Berlanga dio una lección.

El título de ese largometraje, 'El alzamiento nacional', tiene guasa. ¿A qué guionista se le ocurrió?

A Oriol Capel, el director, que lo defendió con ahínco.

'Que se mueran los feos' fue vista por más de 1.100.000 espectadores. ¿Esa cifra da respeto? ¿Qué esperan de esta?

Lo mismo que con la anterior, que la gente se entretenga y se ría. Pensar en cifras es complicado. 'Que se mueran los feos' fue un gran éxito, pero cuántos tiene el cine español al año, ¿dos, tres?

Esta vez usted no ha dirigido.

Estaba metido en 20.000 líos. La idea original era de Oriol, pero como siempre la escribimos juntos. A mí me pilló con un proyecto de televisión ('Los quién') y él tenía muchas ganas de dirigir.

El Festival de Málaga es un trampolín promocional.

Málaga me gusta mucho porque con las dos anteriores vimos el pulso del público. Hemos venido con la lengua afuera, no llegábamos con la copia porque la película ha tenido una posproducción muy grande. El montaje terminó hace semana y media y la copia, hace tres días. Ha sido contrarreloj.

¿Qué aportan Velilla y su equipo a la comedia?

Eso lo tiene que decir el espectador, sonaría pretencioso.

¿Qué le diría al público sobre la obra?

Buscamos emocionar a través del humor, que no sea el chiste por el chiste, sino que la gente se meta en la historia, sienta que es suya. Es una cosa muy complicada. Con eso, objetivo cumplido.

En los carteles se puede leer: «De los creadores de 'Fuera de carta y 'Que se mueran los feos». ¿Es un motivo de orgullo?

Es algo que gusta, y suele salir en las películas americanas. Para mí es un motivo de orgullo que la gente quiera volver a entrar a una sala, pagar un dinero, que hoy día es un esfuerzo, para entretenerse con nosotros.

'Que se mueran los feos' fue la tercera película española más taquillera de 2010, un año flojo en cuanto a recaudación. ¿Qué le pasa al cine español?

La gente tiene muchas opciones de ocio. La única arma que tenemos es el boca a boca: que cuando alguien salga del cine le diga a su amigo que vaya a verla.