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México, a través de la mirada de los expedicionarios de la "Ruta Quetzal"

La expedición número 22 viajó a México el pasado año y su experiencia queda recogida en la serie que se inicia en La 2, a las 12.30, que lleva por título "La huella de la Nao de la China en México", compuesta de 13 capítulos de media hora de duración.

Veintidos expediciones de la "Ruta Quetzal" lleva Miguel de la Quadra Salcedo sobre sus espaldas, acompañando a generaciones de jóvenes que viven la experiencia más enriquecedora de su vida, experiencia que queda plasmada cada año en la serie de TVE "Ruta Quetzal".


La expedición número 22 viajó a México el pasado año y su experiencia queda recogida en la serie que se inicia en La 2, a las 12.30, que lleva por título "La huella de la Nao de la China en México", compuesta de 13 capítulos de media hora de duración.


A lo largo de la serie, los espectadores podrán seguir a los jóvenes en su periplo por tierras mexicanas, siguiendo la estela del conocido como el Galeón de Manila o la Nao de la China, que cubría la ruta descubierta por Andrés de Urbaneta y que posibilitó el comercio entre Asia y Nueva España. Los jóvenes "ruteros" recorrieron, durante 21 días, más de 300 kilómetros de la costa del Pacífico, desde Acapulco a la Playa Azul, pasando por Zihuatanejo, además de México D.F.


El primer capítulo de la serie, titulado "La ciudad infinita", recorre la capital mexicana, la más poblada del mundo, así como el Templo Mayor de Tenochtitlan y el museo Nacional de Antropología, donde tuvieron la oportunidad de conocer las grandes civilizaciones prehispánicas: olmecas, toltecas y aztecas.


El Galeón de Manila viajaba desde Filipinas a Acapulco, ciudad que sufrió en tiempos de la colonia una gran transformación por ser eje de las comunicaciones entre Nueva España y Asia. En esta ciudad se organizaban ferias anuales para vender porcelanas de las dinastía Ming, sedas y mantones de Manila, que se bordaban en Cantón, especias y otros productos y materias primas. Los jóvenes aventureros ascendieron al volcán Paricutín y luego en Pátzcuaro recordaron la figura del obispo Vasco de Quiroga, un humanista que diseñó una colonización utópica.