La muerte del heredero al trono provoca en el Rey una crisis espiritual que le lleva a rogarle a Dios que la Reina dé a luz un varón, a cambio renunciaría a la Guerra contra Portugal, aconsejado por la Madre Isabel. Ésta, se verá enfrentada con la Marquesa al descubrir que sus cartas cifradas fueron robadas por ella.

La determinación de que el monarca renuncie a la guerra si tiene un hijo varón ayudaría al Cardenal a acceder al Papado, por lo que el prelado urde un escalofriante plan para asegurarse de que el próximo hijo del Rey sea un varón.

Lucrecia se siente amenazada por la Madre Isabel y pide ayuda al Comisario, pero éste desconfía de la idea de que una religiosa intente matarla y cree que ha perdido cree que ha perdido la razón. Hernán se ve obligado a intervenir entre las dos mujeres, pero deja a Lucrecia a merced de su enemigo.

Por otro lado, la incipiente historia de amor entre Cipri y Catalina se ve deteriorada por la inesperada aparición de la mujer del posadero que desapareció misteriosamente hace tiempo, Inés.

El lamentable estado físico de Inés es advertido por Gonzalo y sus amigos. También guila Roja intentará descubrir qué le ha pasado a Inés.