"¡No soy la Barbie azafata!"

Una veterana tripulante de cabina de Iberia se rebela para que la compañía acabe con la imposición de tacones en parte de su jornada laboral.

Un avión de la compañía aérea Iberia.
Un avión de la compañía aérea Iberia.
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"¡No soy la Barbie azafata!". María Fernández ha dicho basta. Esta trabajadora de Iberia se rebeló contra los tacones, aún obligatorios en parte de su jornada laboral. "No nos obliguéis a llevar tacones. ¡Dejadnos vivir!", clamó en el Día de la Mujer pidiendo a su compañía que suprima la "sexista" obligación. Su demanda suma casi 60.000 firmas en la plataforma Change.org.

Lleva Fernández más de tres décadas en la compañía y ha vestido algunos de los uniformes diseñados por modistos como Pertegaz, Elio Berhanyer, Adolfo Domínguez o Teresa Helbig. Cuando esperaba que las normas indumentarias se relajaran permitiendo a las azafatas llevar zapatos planos, llegó la indignación. Los que querría lejanos, siguen siendo tacones cercanos.

"Presumieron de modernos al presentar los nuevos uniformes. Mostraron que las tripulantes de cabina por fin podríamos llevar zapatos planos o zapatillas. Pero no dijeron que solo sería desde el despegue y hasta el aterrizaje. No durante los saludos a los pasajeros, ni en los controles de equipaje, ni en los embarques. Y lo que es peor: en los larguísimos caminos en los que recorremos kilómetros en los aeropuertos. Ahí no. Ahí seguiremos obligadas a llevar tacones", se queja.

Le enciende la diferencia entre el uniforme femenino y el masculino, con zapatos planos. "¿En serio, los hombres caminarán con mocasines mientras que nosotras tendremos que destrozarnos los pies?", se pregunta. Muestra unos zapatos de salón con alzas de unos seis centímetros, "lo más bajo que nos permitirán llevar en tierra". La segunda opción son "unos tacones bastante más altos", dice.

Confía en que su denuncia haga cambiar de criterio a los responsables de la aerolínea, cuya respuesta inicial no satisface a las afectadas: "trabajamos con los representantes de los trabajadores y el servicio de prevención laboral en la guía de uniformidad donde se definirán todos estos detalles". "Basta de sexismo. Estamos en 2022. Solo difundiendo esta desigualdad estaremos a tiempo de evitarla", asegura Fernández, que pide la compañía que rectifique antes del 1 de junio, cuando entrará en vigor la nueva normativa.

"De nada sirve felicitar a sus empleadas el 8 de marzo mientras ponen en marcha normativas que nos discriminan por ser mujeres", se duele. Recuerda que el Supremo ha sentenciado ya que obligar a las trabajadoras a llevar uniformes distintos a los de los hombres de su misma categoría y actividad "carece de justificación objetiva y resulta contraria al principio de no discriminación por sexo".

Su rebelión contra los tacones sigue la estela del #KuToo, el movimiento feminista japonés para liberar a las mujeres de los tacones en el trabajo. Impulsado por la escritora, modelo y actriz Yumi Ishikawa, consiguió que Japan Airlines eliminara el uso de tacones altos y faldas que imponía a su 6.000 trabajadoras, entre ellas las azafatas. #KuToo, que juega con las palabras japonesa 'kutsu' (zapato) y 'kutsuu' (dolor), pide que las empresas no puedan exigir a sus trabajadoras el uso de tacones o vestimenta incómoda en su jornada laboral, algo habitual en la nada igualitaria sociedad nipona.

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