Cristina Lasvignes (Madrid, 1978) se declara a sí misma como motera y rockera y cuenta que le va la adrenalina. Por eso, en el estreno de ‘Esto es vida’, el programa de salud que presenta en TVE de lunes a viernes a las 18.50, antes de que le propusieran dar el pecho a su hijo en directo, se ofreció voluntaria.

-¿Cómo se le ocurrió estrenar el programa así?

-Surgió de manera espontánea. Tratábamos el tema de la lactancia y el cáncer de mama, y en la reunión me comunicaron que iban a venir madres a dar el pecho a sus hijos, así que directamente me dije: Yo también quiero. Nunca sabré si me lo iban a proponer o no porque me adelanté. Fue impresionante.

-¿Está satisfecha con la repercusión que ha tenido el gesto?

-Estoy muy contenta. Mi única preocupación era que se desvirtuara, pero el 95% de las personas lo entendió como una reivindicación positiva y algo muy bonito, además de una declaración de intenciones. Si estoy diciendo que vamos a tratar los temas de manera natural, qué mejor que la presentadora, que está en plena lactancia, dé ejemplo.

-También han dado a conocer casos tan curiosos como el de un perro que detecta los niveles de azúcar de su dueña.

-Cada día me sorprende algún caso. Pero el del perrito Chini es espectacular. Todos conocemos a los perros guías, pero pocos sabíamos esto. Le avisa de las bajadas y subidas de azúcar. Hasta insiste cuando tiene que ir al médico.

-¿Da miedo un formato de televisión tan arriesgado?

-Sí, pero hay que ofrecer siempre algo diferente. Siempre pongo el ejemplo de ‘Érase una vez la vida’: los de mi edad no lo veíamos para aprender, sino para divertirnos.

-Además de madre y presentadora, es rockera y motera hasta la muerte.

-Ja, ja, ja. Yo siempre digo que soy una motera de palo. Los moteros auténticos son los hombres como mi padre, que los 365 días al año van en moto, llueva o nieve. Reconozco que ahora me he hecho más comodona y cuando hace frío o llueve prefiero el coche. Lo de motera lo digo en bajito por si me oye uno de verdad.

-¿Su padre es de los que iba con la chupa de cuero?

-Sí, sí. De hecho, no es que fuera sino que todavía, a sus 67 años, sigue yendo.

-Ejerció de directora en ‘Hablar por hablar’. ¿Es una jefa dura?

-Para nada. No soy buena jefa, no porque sea dura y mala, sino porque no se me da bien imponerme y mandar. Cuando era directora tenía un compañero que me regañaba y me decía: ¿Me dejas que dé yo la charla ya que tú no la das? y yo le decía: Vale, vale, dala tú.