Zarzalejos: "El periodista no es un 'showman"

El periodista defiende que hay que "refundar" el periodismo y establecer "nuevas líneas rojas".

Zarzalejos: "El periodista no es un 'showman"
Zarzalejos: "El periodista no es un 'showman"
Efe

"El periodista no es un 'showman' ni un discutidor", afirma José Antonio Zarzalejos en una entrevista en la que sostiene que esa es la imagen "distorsionada" que hoy en día están transmitiendo las tertulias televisivas en las que un 50 por ciento es contenido informativo y el otro espectáculo.


Para el reciente ganador de la XXXI edición del Premio de Periodismo Francisco Cerecedo, los medios de comunicación han perdido credibilidad y por ello aboga por "refundar" la profesión y establecer nuevas "líneas rojas" para saber que puede o no puede hacer un periodista desde un punto de vista deontológico.


Licenciado en Derecho y Periodismo, Zarzalejos (Bilbao, 1954) -que actualmente colabora con diversos medios- ejerció ambas profesiones durante diez años trabajando en la Diputación Foral de Vizcaya y en El Correo de Bilbao, del que llegó a ser director, cargo que también ha ejercido en ABC en dos etapas diferentes.


-Hágame una radiografía de la situación actual de la profesión.

-El medio más convencional que es el periódico de papel está en un proceso irreversible de viabilidad. Si pretende vender ejemplares, tiene que hacer un cambio de modelo de negocio y de modelo editorial, porque los periódicos nos están contando las noticias de ayer y eso ocurre por hacer una clara distinción de los contenidos de los distintos soportes. El digital es un soporte fundamentalmente para la noticia y el análisis rápido y el periódico es para el análisis, el origen y la prospectiva. Por otra parte, la distribución de los periódicos en España es un dispendio y un despilfarro (...) Y en tercer lugar, tienen que cambiar las estructuras de las redacciones: ahora mismo están llenas de periodistas generalistas y lo que hay que tener es un núcleo muy pequeño de redactores fijos y una enorme legión de colaboradores especializados y rápidos, que sean los que proporcionen una gran solvencia a las historias, recuperando los grandes géneros del periodismo como son la entrevista o el reportaje de investigación. Si esto no se hace y no distinguen bien los contenidos de la web y del papel, los periódicos están llamados a desaparecer en un plazo relativamente breve.


-¿Cómo cree que la gente acogería que los medios cobrasen por sus contenidos digitales?

- Uno de los graves problemas que tienen los medios en España es la depredación de los derechos de autor de los periodistas por sus propias historias, que automáticamente son depredadas en la red sin citar el origen del medio ni el autor, por lo tanto, los periodistas tenemos que reivindicar nuestros derechos a la propiedad intelectual de los contenidos que elaboramos.

Si hay piratería en la música, en los libros o en el cine, entonces hay que decir claramente que hay piratería digital en el periodismo. La depredación que se produce de las informaciones de las agencias de noticias es absolutamente frustrante para los profesionales que están trabajando en esas agencias.


-¿Qué hacemos mal los periodistas para que los ciudadanos tengan tan mala opinión de nosotros?

-Los medios han perdido la credibilidad. Primero porque los editores de los años 90, fundamentalmente editores de periódicos, fueron megalómanos y creyeron que con los ingresos ordinarios de los periódicos se podían hacer grupos multimedia y eso ha sido su perdición (...) Sin duda ninguna, la tumba de los medios fue la experiencia multimedia de los años 90 porque tuvieron que entramparse. ¿Cómo se entramparon? Con financiación del sistema bancario, y debido a la crisis del mercado publicitario, no han podido devolver el dinero prestado, que se ha convertido en un arma de doble filo: un elemento de sostenimiento pero también un elemento de limitación de la propia independencia, y las audiencias de los medios lo perciben, se dan cuenta y son muy conscientes.

Además, cuando se produce esa falta de independencia, los medios se hacen sectarios, pierden la ecuanimidad, renuncian muchas veces a la veracidad y a esa tendencia a la objetividad. Se posicionan para tener cautivos nichos de mercado: el que es de izquierdas es muy de izquierdas y el que es de derechas es muy de derechas, y entre sí, no se dan ni agua.

Y un tercer factor preocupante es que las tertulias televisivas han transmitido un mensaje muy distorsionado de lo que son los periodistas. El periodista no es un "showman", no es un discutidor, no es un señor que tiene que alinearse contigo o contra ti... Sin embargo, esa es la imagen que están transmitiendo las tertulias, en las que el contenido informativo es el 50 % y el otro 50 % es espectáculo, con el enfrentamiento y la mezcolanza entre los políticos y los periodistas en este "show bussiness" que se ha montado en la televisión.


-¿Cómo se recupera esa credibilidad?

-La situación general ha cambiado y los medios no son lo que eran. Hay que refundar la profesión y establecer nuevas líneas rojas: qué cosas puede hacer un periodista desde el punto de vista deontológico y qué cosas no debe hacer (...) Pero nuestro propio prestigio también depende de que tengamos editores que pongan en valor nuestra profesión. Uno de los elementos más destructivos ha sido la forma de comportarse de los editores, que han expulsado la independencia y el talento de las redacciones en sucesivos adelgazamientos para evitar pérdidas, de tal manera que los periodistas que tenían más agenda, aquellos que cobraban más, han sido expulsados claramente de la profesión. Esos editores han creído que con juniors -poco más que becarios- y con cortas y pegas, podían sacar adelante productos informativos dignos. Pues no, eso no es así, en absoluto. Necesitamos repensar nuestra propia profesión y después que los editores la pongan en valor.

Somos además una profesión fuertemente dividida, que no se une en las causas que preocupan a toda la profesión y eso habría que revertirlo.


-¿Cómo valora la relación del Gobierno actual con los medios?

-Este Gobierno es el que tiene una relación más fría, más distante con los medios, fundamentalmente, porque no cree en la comunicación. (...) Es un Gobierno que no tiene un modelo de relación con los medios de comunicación, ni bueno ni malo, no lo tiene, y eso le va a pasar factura.


-¿Qué consejos daría a futuros periodistas?

-Tenemos que cambiar el chip completamente. El periodista de la segunda década del siglo XXI tiene que tener en cuenta que la información ya no la proporciona él, hemos perdido la capacidad de intermediación. Y si no somos capaces de ser los profesionales que tratan la noticia, que la dotan de valor añadido, no tenemos nada que hacer. Eso se logra con una formación en distintas disciplinas y un período de especialización. El periodista del futuro inmediato tiene que ser un profesional que conozca idiomas, que sea un usuario informático medio alto, que participe en redes sociales y que sea un hombre con empatía social para reconocer las temáticas que preocupan y atraen el interés. Y finalmente, que gestione su propia dignidad de periodista, que no deje que la necesidad le manipule, que no se convierta en un "showman" de la televisión o en instrumento de poderes que están ocultos.