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'Comando al Sol' viaja por tierra, mar y aire

Los reporteros de La 1 muestras diversas tradiciones veraniegas que implican distintos medios de transporte.

Logo de 'Comando al sol'
'Comando al sol' viaja por 'Mar y montaña'

La 1 emite este miércoles, a partir de las 22.30, 'Comando al sol', en un programa llamado 'A toda máquina' que viajará por tierra, mar y aire. Habrá un descenso por el Sella, un recorrido por el interior de Málaga, una romería vikinga en Pontevedra, un paseo en piragua por las hoces del Duratón y vendimia a orillas del rio Sil.


El primer viaje del programa de este miércoles será a Asturias. Y es que el descenso del Sella es sin duda una de las imágenes más impresionantes del verano. Antes, como cada año, los 'tritones' llegan en tren hasta Arriondas. Ellos son los guardianes del río, quienes lo mantienen despejado para que más de mil piragüistas de doce países distintos puedan descender sin problemas hasta Ribadesella.


Después, 'Comando al sol' visitará el interior de la Málaga cautiva, a un paso de la Costa del Sol. Francisco es el único bandolero legal de Ronda, cobra 2 euros a los turistas por foto. Mucha gente vive aquí del turismo. Ángel tiene una empresa de escalada y por 35 euros facilita todo lo necesario para ascender por el Tajo de Ronda. Rafael, además de matador de toros, organiza 'safaris'.


A continuación, la próxima parada será la costa de Pontevedra. Como cada verano desde hace 35 años, los vikingos intentan invadir Catoria. Beatriz pasa tres meses al año confeccionando los trajes para la romería vikinga. Este pueblo de 3.500 habitantes soporta no solo la invasión de los del norte, también la de casi 20.000 turistas que no quieren perderse esta fiesta profana de Interés Turístico Internacional.


Antes de llegar al final de la ruta, los reporteros llevarán al espectador a las hoces del río Duratón. Recorrerlas en piragua es toda una experiencia con premio: un buen cordero asado en cualquiera de los hornos de Sepúlveda. El encanto de este recorrido segoviano no escapa a cualquier tipo de público: un escuadrón de moteros acaba de llegar a la Ermita de San Frutos para cumplir con el ritual de pasar a gatas bajo el altar.


Por último, se podrá conocer a Fidel, que sigue cultivando sus viñas a sus más de 80 años. No sería extraño si no las tuviera casi en una pared: y es que en la Ribera Sacra la vendimia es un trabajo de alto riesgo, con viñas plantadas en desniveles de más de 80 grados a orillas del Sil. Un lugar para visitar en barco o de monasterio en monasterio.