Aventuras de verano / 24

"El periodismo local tiende a amansarse por la cercanía"

Plácido Díez Bella es jefe de contenidos de Radio Zaragoza y asiduo colaborador de HERALDO. Un apasionado de la información.

Plácido Díez
Envíe sus preguntas al pregonero de las fiestas
HERALDO

Plácido Díez Bella (Fuentes Claras, Teruel, 1958) es jefe de contenidos de Radio Zaragoza-Cadena Ser. Fue director de ‘El día de Aragón’, director adjunto de ‘El Periódico de Aragón’ y pregonero de las fiestas del Pilar de Zaragoza. Colabora asiduamente con HERALDO: le apasiona la información y siempre está ahí, al pie del cañón, con su venablo crítico con el poder.


-¿Qué hace un periodista como usted en verano?

-Disfrutar de las terrazas, de los amigos, de un jardín con tomateras que cuido con esmero, del mar plateado de Cabo de Gata, y ponerme deberes cada vez más relajadamente para la temporada que viene (siempre pienso en ese libro que tengo que escribir).


-¿Dónde descansa? ¿Es de playa, ciudad, montaña o pueblo?

-Mezclo un poco todo pero sobre todo de mar y pueblo. La melancolía de lo infinito y la felicidad de los pequeños placeres que pueden empezar con la lechuga que te pasa el vecino por la mañana o la cañada a primera hora del horno del pueblo.


-¿Qué le da su localidad turolense de Fuentes Claras?

-La conexión y la fidelidad al paisaje y a los seres queridos.


-¿Cuál ha sido el viaje de verano de su vida? ¿Y la ciudad a la que ha viajado?

- Un viaje en coche hasta Praga salpicado de aventuras.


-El verano está asociado a la infancia y a la adolescencia. ¿Le persigue algún recuerdo especial?

- Los partidos de fútbol en la calle, el bocata de tortilla y los cuentos de miedo, sentados en un rincón.


-¿Cuáles han sido las películas de sus veranos inolvidables?

-‘El ladrón de bicicletas’ de Vittorio de Sica, en el cine; de las otras, las tardes de pesca con mis amigos en el Jiloca y la llegada del hombre a la luna.


-¿Cuáles son su canción y su concierto del verano?

-Dire Straits en el campo del San Andrés en Barcelona y mi canción del verano estaría entre ‘Al partir...’ de Nino Bravo, ‘Give a little bit’ de Supertramp y ‘Jumping jack flash’ de Led Zeppelin.


-Escribe a diario sobre la vida cotidiana en Aragón, sobre la injusticia con una actitud beligerante y crítica... ¿Duerme luego bien por la noche?

-Duermo bien y la única incomodidad que tengo es que deberíamos hacer un periodismo todavía más incisivo y más profundo, menos confortable para los poderosos, y lo que ahora se denominan élites extractivas, y con más cultura democrática. El periodismo local tiende a amansarse por la cercanía.


-¿Cuál sería el menú de un día perfecto?

-Un largo paseo por el campo o un recorrido en bicicleta, un baño en la piscina, la lectura de los periódicos y de un buen libro, una cabezada, un repaso al jardín y al huerto, un suave gin-tonic con hojas de menta y una cena a la fresca contemplando las estrellas y buscando a los seres queridos que ya no están.


-¿Cuál ha sido el gran personaje, real o de ficción, de sus vacaciones?

-Los tripulantes del ‘Apolo XI’: el comandante Armstrong, Aldrin y Collins. Y el Brasil de la final de México de 1970. Ya sabe: Jairzinho, Gerson, Tostao, Pelé y Rivelinho. Venció a Italia, 4-1.


-¿Cómo fue su primera vez?

-De una gran intensidad emocional. El ascenso al Aneto con Borja y los amigos de Giménez Abad y sintiendo al lado a mi hijo David.


-¿Qué le da la radio que no le diera la prensa, y viceversa?

-La radio me da sobre todo emociones, respuestas inmediatas y proximidad a la gente. Y la prensa me da contextualización y espacio para analizar y explicar el significado de lo que está pasando.


-¿Cuál es la mejor anécdota veraniega vinculada a su profesión?

-Serían dos. En mi primer día de trabajo como becario en ‘Andalán’ me encontré con el incendio del hotel Corona de Aragón y, conmocionado por lo que estaba viendo, tuve que movilizar a mis compañeros de redacción y en primer lugar al gran fotógrafo Jacinto Ramos. Otra. Cuando empezaba en ‘El Día de Aragón’ devolví el sobre con una gratificación económica que se daba a los periodistas en las juntas de accionistas de Eléctricas Reunidas de Zaragoza y creo que a partir de ese momento desapareció esa práctica al menos generalizadamente.