Las escuelas infantiles de Zaragoza mejorarán la calidad de sus comedores

El Ayuntamiento de Zaragoza ha expuesto las condiciones concretas en el pliego donde se apuesta por el producto ecológico y de cercanía.

Comedor escolar de Zaragoza
Comedor escolar de Zaragoza.
Oliver Duch

El Ayuntamiento de Zaragoza ha puesto en marcha el proceso para mejorar la calidad de la alimentación en los comedores de las 12 escuelas infantiles municipales. Ese es el objetivo de los nuevos pliegos del contrato que ha aprobado el Patronato de Educación y Bibliotecas, que preside la concejala de Educación e Inclusión, Arantza Gracia.

El contrato sale a licitación por un importe anual de 588.528 euros más IVA y una duración de dos cursos escolares, con dos posibles prórrogas anuales por acuerdo expreso de ambas partes, ha informado el consistorio en una nota de prensa.

Se contempla la posibilidad de tres tipos de menús: el general, a disposición de todos los niños y personal del centro; el vegetariano, a solicitud de padres y madres al formalizar la matricula; y el dietético, a solicitud de los padres y madres en aquellos supuestos en que, con justificación y por prescripción médica, se deba seguir un régimen especial.

El nuevo contrato plantea no solo la prestación del servicio de comedor, "sino que incide en el servicio alimenticio en su ciclo completo, la elección del producto, su confección en el propio centro y el reciclaje de los residuos producidos", han detallado desde el Ayuntamiento.

Además, lo entiende "como una actividad educativa en la que se camina hacia un comedor agroecológico", un enfoque que hace que las escuelas infantiles se conviertan "en el primer contrato municipal que incorpora los criterios de sostenibilidad en la compra pública de alimentos, tal y como establece la reciente instrucción de la Agencia de Medio Ambiente del Ayuntamiento", han precisado las mismas fuentes.

Condiciones del pliego

Las condiciones concretas que se han incluido en el pliego incluyen la apuesta por el producto ecológico y de cercanía, y su vinculación con la huerta urbana de Zaragoza.

En concreto, se establece que al menos tres días a la semana se servirá en el menú, como mínimo, un plato --primero, segundo o postre-- de producto con certificado ecológico, primando la proximidad, es decir, la distancia entre el lugar de producción y el de consumo con el fin de reducir la huella de carbono.

La distancia máxima será de 50 kilómetros de radio desde la ciudad de Zaragoza para los productos frescos y no más de 120 kilómetros para producto seco transformado. Se incluirá al menos un primer plato y un segundo plato con dichas características de sus ingredientes principales.

Asimismo, al menos un 50 % de los platos alimenticios ecológicos deberán incorporar verduras, hortalizas o frutas producidas en Centros Especiales de Empleo y Empresas de Inserción de Zaragoza o por parte de productores de la 'Red de Huertas Agroecológicas de Zaragoza', todos ellos acreditados para producir y comercializar alimentos ecológicos.

El porcentaje total de productos hortofrutícolas frescos (verduras, hortalizas y frutas) producidos en proximidad será al menos del 15 % a lo largo del año, expresados en porcentaje del peso total suministrado a lo largo del año.

Como mejoras que se valorarán en la licitación, el pliego contempla el incremento en el mínimo obligatorio que se exige respecto al número de días y platos de productos de proximidad y certificados con sello de agricultura ecológica, año cero o reconversión. Igualmente, se valorará el incremento en el porcentaje de productos hortofrutícolas de proximidad sobre el 15 % exigido.

Limitación de algunas comidas

Por otra parte, se evitará, en lo posible, con un máximo de tres al mes, en las cocinas de los centros alimentos preparados como hamburguesas, albóndigas o croquetas, con limitación de fritos y reconstruidos.

Igualmente, se priorizará el consumo de productos frescos frente a la presencia de congelados, explicitando a final de mes qué porcentaje de cada uno se ha ofrecido; se utilizará aceite de oliva virgen, y no se podrán servir los pescados panga, perca de río, tilapia y fogonero, ni pescado con espinas.

En los menús dietéticos, una vez conocido el informe médico, la empresa estudiará y valorará la solución más adecuada para la elaboración de dicha dieta, que deberán tener, en la medida de lo posible, una composición similar a la general. Los alimentos que deban ser sustituidos serán remplazados por otros que cumplan con sus mismas características y valores nutricionales para asegurar la dieta equilibrada.

Los menús estarán diseñados y avalados por un nutricionista y la empresa adjudicataria estará obligada a impartir formación y sensibilización anual en materia de pedagogía, salud y alimentación para las trabajadoras adscritas a este contrato, a fin de conseguir el modelo de comedor que se pretende.

Además, la compañía ofertará a principio de cada curso escolar una charla informativa a los padres sobre los menús que se van a dar en las Escuelas Infantiles del Patronato.

Gestión ambiental

El pliego incluye un punto de gestión medioambiental, según el cual el adjudicatario aplicará cuantas medidas preventivas sean necesarias para evitar la generación de impactos medioambientales negativos durante la realización de los trabajos y, en caso de que estos se produjesen, adoptará las medidas correctoras necesarias para subsanarlos, corriendo por su cuenta cuantos gastos se deriven de la adopción de las mismas.

Asimismo, el adjudicatario se obliga al cumplimiento de cuanta regulación de contenido medioambiental sea aplicable a los equipos objeto del contrato y será de su responsabilidad la adecuada gestión y tratamiento, de acuerdo con la normativa en vigor, de toda clase de residuos, envases y restos de embalajes cuyo origen sea consecuencia de cualquier actividad relacionada con el contrato.

En este ámbito, se valoran como mejoras las acciones y materiales de educación medioambiental para la salud entre los destinatarios de los menús y sus familias, comunidad educativa, trabajadores y resto de agentes implicados sobre agroecología, dieta saludable, cambio climático y alimentación.

Igualmente, se considerará una mejora la puesta en marcha de un Plan de acción de reducción del desperdicio alimentario en todas las fases del proceso y de compostaje de la fracción orgánica de preparación, servicio y resto de las comidas.

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