Carlos Montero: “Los jóvenes no tienen límites, se atreven con todo y van a muerte”

?El guionista de series como el ‘El comisario’ o ‘Al salir de clase’ ganó el Premio Primavera con ‘El desorden que dejas’, una novela sobre la ausencia que presentó en Zaragoza.

Carlos Montero ganó el Premio Primavera con la obra 'El desorden que dejas'.
Carlos Montero ganó el Premio Primavera con la obra 'El desorden que dejas'. ángel díaz/efe
Ángel Díaz/Efe

-¿Qué le da y qué le quita como novelista ser guionista de series de televisión?

-Me da más que me quita. El guión es un principio y la herramienta para que todo un equipo se ponga en marcha y la novela es un fin.


-En su novela se percibe una obsesión por las tramas.

-Llevo quince años escribiéndolas para televisión. Es algo innato en mí. He sido un buen lector desde niño de todo. De adolescente me atrevía con obras que no eran para mi edad, yo leía ‘Trópico de Cáncer’ y ‘Trópico de Capricornio’, de Henry Miller… Sentía unos calores rarísimos e intensos. Henry Miller fue un descubrimiento para mí. Con el paso del tiempo me he dado cuenta de que me ha marcado mucho más de lo que yo había pensado nunca.


-¿Por qué?

-Todas mis series siempre han tenido un componente sexual porque para mí el deseo es muy importante. Y también es muy importante para los jóvenes: como no tienen límites, y los están probando, se atreven con todo y van a muerte. Como personajes son poderosísimos.


-¿Cómo nació la novela ‘El desorden que dejas’?

-Pensé en esa nota de la profesora protagonista, que en apariencia se ha suicidado. Esa imagen me vino a la cabeza y tejí toda la trama que cada vez se iba intrincando e intrincando más como exige todo buen ‘thriller’. Soy muy fan de la novela escandinava, de la novela negra, y me apetecía coger ese paisaje que muchas veces exterioriza el interior de los personajes. Y qué mejor que Galicia, que además es mi tierra y la conozco bien. A todo ello se suma ese elemento opresivo de los pueblos.


-El personaje que genera la acción y el misterio es Elvira (Viruca), la profesora de literatura muerta, aunque usted aborda más asuntos..

-La profesora Raquel que llega al colegio tiene mucho miedo de acabar convirtiéndose en una nueva Viruca.


-¿Qué tema quería abordar en la novela?

-La ausencia.


-Podría parecer que el acoso escolar.

-No, no, no. Es la ausencia. Yo me valgo de esa trama para contar lo que a mí me interesa, el desorden que deja una ausencia. Comparo la ausencia de la muerte con la ausencia de una ruptura amorosa no deseada. Es igual de dolorosa y de incomprensible. Esa ausencia es demoledora y tienes que aprender a reordenar la vida.


-Y a la vez surge otro amor…

-Raquel se obsesiona tanto con Viruca que se acabará enamorando de su marido. Raquel es, en cierto modo, una doble de Viruca y se parece un poco a mí. Entiendo esa fragilidad emocional. Mi reto era hacer una novela apasionada con gente muy poco apasionada


-Perdone que insista. Si la ausencia es el tema central, ¿qué me dice del acoso escolar?

-El acoso escolar es una cosa muy brutal. Siempre se cuenta el acoso de alumnos hacia otros alumnos, pero se cuenta menos el de los alumnos a los profesores. Si se ven las estadísticas, resultan brutales e inconcebibles el acoso de alumnos a profesores.


-¿Ha querido hacer sociología de la juventud?

-Para nada. No quiero que los tres jóvenes implicados en el acoso sean un modelo de nadie. Son nativos digitales que tienen un control absoluto de las redes sociales.


-¿Cuáles son sus preocupaciones de estilo y lenguaje?

-Me gustaría que la historia fuese tan poderosa que diese la sensación de que el escritor desaparece. Quisiera, como mi paisano Torrente Ballester, crear una novela transparente.


-¿En qué medida se siente un cronista o un sociólogo?

-Tienes que estar pegado a la actualidad y en alerta de lo que está sucediendo en el mundo. Escribo para ir abriendo puertas en vez de ir mirando por atrás.

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