Doce consejos sencillos para reducir gastos en el hogar
Según los datos de la OCU, con consumo doméstico responsable se puede conseguir un importante ahorro energético y económico al final de mes.
El televisor, mejor apagado
En stand by sigue consumiendo electricidad, por eso es fundamental apagarla por completo cuando no se vaya a utilizar en menos de una hora.
No abusar de la calefacción
Aprovechar las horas de luz para calentar la casa, tener aislante de ventanas y ponerse un buen jersey son consejos para ahorrar en calefacción.
Lámparas de bajo consumo
Aunque son un poco más caras, duran 8 veces más, proporcionan la misma luz y consumen un 80% menos de electricidad.
Control del agua caliente
Se puede ahorrar bastante energía si se aíslan bien las tuberías del agua caliente o si se instala un regulador de temperatura en la ducha.
El microondas apagado
Desenchufarlo de la corriente mientras no se utiliza ayuda a reducir los gastos, ya que se evita que el modo stand by consuma electricidad.
Instalar cocinas eléctricas
Aunque suelen ser menos eficientes que las de gas, aguantan bien el calor residual y se pueden apagar
minutos antes de acabar la comida.
Aprovechar bien la lavadora
Lo mejor es aprovechar al máximo su capacidad y utilizar programas de baja temperatura, ya que al no calentar el agua se ahorra mucha energía.
Centrifugar antes de secar
Para favorecer el ahorro energético de la secadora, es conveniente meter la ropa ya centrifugada y procurar que trabaje siempre a carga completa.
La nevera: la que más consume
La pérdida de frío del frigorífico favorece un mayor gasto de energía, por eso hay que evitar abrir y cerrarlo más veces de lo necesario.
Pequeños electrodoméstricos
?Elegirlos bien, a la larga, es fundamental para conseguir un hogar eficiente, ya que los modelos actuales están preparados para consumir menos.
El lavavajillas, con agua fría
Como el 90% de su consumo de energía se destina a calentar el agua, lo mejor es utilizar programas económicos que reaprovechen el calor.
El horno bien cerrado
Cada vez que se abre el horno la energía acumulada en su interior sale, provocando un aumento del gasto energético sin necesidad.
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