«Cada ascensor tiene su idioma y hace falta experiencia para entenderlo» explica Ricard Montalá, de Elevaragón , empresa que, desde 1973, ofrece servicios de mantenimiento multimarca. Este es el calendario de revisiones que según Elevaragón deben realizarse:

Cada mes: comprobar componentes de cabina, alarma, verificar arranque, parada, nivelación, apertura y cierre de puertas de cabina y funcionamiento y señalización de las puertas de los pisos.

Trimestralmente: limpiar el foso, revisión freno, nivel de aceite de motores, máquina y posibles fugas, limpiar la pisadera de puertas de cabina y cuarto de máquinas.

Cada seis meses: luz de emergencia, puertas de la cabina, operador, cuadros y protecciones, estado del patinaje y tensión de cables.

Al año: contrapeso, amarres de cabina, paracaídas y articulaciones, cables, cabezal, polea, finales y conmutadores, impulsores y detectores, pistón y retenes, mangueras y tuberías, fijaciones y aislamiento de cabina, rodaderas/rozaderas de cabina y limitador.

Una sustitución a tiempo

Adelantarse a la aparición de una avería significa, además de evitar el sinfín de molestias que puede conllevar, un importantísimo ahorro en reparaciones que a veces pueden ser muy costosas. «No cambiar un elemento deteriorado hasta que no se rompe, puede provocar que ya haya afectado a otro y se genere al final más gasto», explica Ricard Montalá. «La gente cambia el coche cada 10 años, pero los ascensores llegan a 30 y nadie piensa en cambiarlos, damos por sentado que siempre funcionará, que será infinito y no necesitará reparaciones», advierte.

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