Parece que fue ayer y lo que hemos podido llegar a progresar en todo este tiempo. Un progreso en paralelo y convivencia con nuestra ciudad, Zaragoza.

Y es que todo comienzo es duro. Pero el recorrido ha sido fantástico, con anécdotas y experiencias, con algún tropiezo pero lleno de éxitos. La ilusión con la que nació Campo Ebro Industrial y el orgullo de pertenencia de los empleados han hecho posible superar todos los obstáculos.

Desde aquel primer pedido de una cisterna de glucosa, para la que se hicieron interminables jornadas de trabajo con un maíz que recibíamos casi saco a saco, hasta la reciente puesta en marcha de la fabricación de dextrosa de calidad farmacéutica con el empleo de las más modernas tecnologías, hemos llevado a cabo una enorme transformación, que nos ha convertido en un ejemplo empresarial.

Hoy somos un referente en nuestra región, con gran capacidad de producción y ejemplo en muchos aspectos. Hemos adquirido dimensión internacional, compitiendo en un mercado globalizado y con productos reconocidos a nivel mundial. Culminamos la celebración de nuestras bodas de oro con la obtención, por el voto de nuestros conciudadanos, del premio ‘Aragoneses del Año a la pujanza empresarial’, un premio que reconoce no solo a una empresa, sino a todos sus trabajadores.

Ir al suplemento de Syral.