Blog La voz de mi amo

por Matías Uribe

Chicas ruidosas, psicodélicas, guerreras: Beaches



Rascando en la neo psicodelia, el space-rock y el indie de los noventa, o por concretar más, sacando a colación ecos de grupos como Bardo Pond, Naam e incluso Tame Impala, Breeders, Yo La Tengo, Pavement…, y evocando a la Velvet de los momentos más chirriantes, Beaches (nada que ver con The Beaches, que son otras) fabrican una clase de rock con resonancias conocidas pero no menos curiosas y sorprendentes.


Lo primero es su composición, exclusivamente chicas, lo que le da una singularidad especial, por la escasez de grupos exclusivamente femeninos en relación con los masculinos, y lo segundo su decantamiento por géneros como los citados, algo tampoco común. Añadir que el quinteto proceda de Australia y que retoce en la psicodelia, ya sería, evidentemente, a poco que se conozca el paño 'aussie', menos sorpresa: en las antípodas hay un granero de grupos inabordable y la neo psicodelia por allí, con nombres actuales como Diagrams, Lowtide, Alex Jarvis Group, Fierce Mild, Hideous Towns, The Citradels, Willow Darling, Mosaicz, Parading, Contrast o los ya internacionales y renombrados Tampe Impala, es exhaustiva.


Vienen de Melbourne y acaban de editar su tercer álbum, 'Second Of Spring', que, presa de la incontinencia, se ha alargado hasta el formato doble, con 17 canciones entre los tres y los ocho minutos. Más de hora y media de rock transgénico, sí, inyectado con genes de otras especies, que a fin de cuentas eso es básicamente el rock y la música en general, pero no por ello menos interesante y nutritivo. Rock sobre todo instrumental, con un trío de guitarras en primera fila incrustando persistentes riffs y distorsiones sobre colchones densos de fondo, más obviamente la correspondiente sección de ritmo -a saber, Antonia Sellbach, Alison Bolger y Ali McCann al mando de las guitarras y las voces, Gill Tucker, bajista y voz, y Karla Way, batería y también voz- que edifican un sólido muro de sonido, en el que la labor de las guitarras tanto rítmicas como las solistas (grandes intervenciones) es más que sobresaliente, vamos, de gente que sabe donde pisa, poco amateurismo. Por algo llevan juntas desde 2007, antes habían engordado su hoja de servicios en grupos diversos de la zona y este tercer disco les ha costado cuatro años manufacturarlo.


Vienen a la memoria, al escuchar este disco, algunos grupos ya citados antes y otros más, tal que Yo La Tengo ('Painful', of course, por aquello de las voces femeninas), Pavement, Earth, The Black Angels, Jacco Gardner, Wooden Shjips, The Brian Jonestown Massacre…, y cómo no, la Velvet. No es mal asiento.


Otro plus: las cinco, cuando intervienen, que no es mucho al ser un disco más instrumental que otra cosa, cantan, empastando las voces en plan coral, lo que hace que parezcan voces angelicales cayendo delicadamente desde los cielos a través de una cortina de hierro. Tampoco es mala idea. Quizá sí lo sea la longitud del disco, que al final acaba degastando la propuesta, aunque en los temas finales no haya una descarada reiteración de la fórmula sino al contrario. Pero en estos casos, cuando el cansancio asoma, la solución es bien sencilla, más en tiempos de Spotify: se para el reproductor, y aire.




Y más sorpresas: su catálogo de gustos musicales va desde los Bee Gees de 'To Whom It May Concern' a clásicos como Lee Hazlewood (el arquitecto de Nancy Sinatra), Chris Montez, Townes Van Zant, Bobby Gentry, Yoko Ono, Donovan, Zombies, Breeders, Bangles, Shocking Blue, Lou Reed, Neil Young, The Shangri-Las, Banarama y…, sí, ¡Demis Roussos!, amén de otros desconocidos como Vashti Bunyan, Terry, King Yung Mi, Scot & Charlene's Wedding o Total Control. Nada que ver en absoluto, salvo Breeders o Total Control, con lo que ellas hacen.


La pena es que no encuentro directos suyos en Internet para ver cómo se las tienen en esa prueba de fuego que es el escenario, mas queda el consuelo de recurrir en Spotify a sus dos álbumes anteriores, que aunque no están a la altura de este tercero, dan la medida de estas australianas ruidosas, psicodélicas y, valga el tópico, guerreras.

Comentarios
Debes estar registrado para poder visualizar los comentarios Regístrate gratis Iniciar sesión