"Las prisas de los adultos no son buenas para el aprendizaje de los niños"

¿A qué edad pueden los niños ir solos al colegio? ¿Y quedarse solos en casa? ¿Ir a comprar o coger el autobús sin sus padres para desplazarse por la ciudad? Le preguntamos a la pedagoga zaragozana Rocío Tapiador, que imparte talleres sobre la autonomía de los niños (en colaboración con el centro Marie Langer). Este lunes 14, a las 16.30, en el colegio Cándido Domingo de Zaragoza.


¿Crees que los niños podrían ser más autónomos de lo que les dejamos?


Más allá de la cuestión individual de cada familia, el crecer de hoy está atravesado por los modos de vida, vidas sin tiempo, con prisas, con dificultad de conciliación de espacios familiares y laborales, el consumismo… Estos modos de vida refuerzan patrones de crianza que aunque normalizados, no siempre son saludables. Por ejemplo, los ritmos que marcan las prisas de la vida adulta suele ser poco favorable para los procesos de aprendizaje del crecer. Pensando en la autonomía, en que hagan cosas por sí mismos/as, a menudo los padres lo hacen por ellos/as por no discutir, porque después me toca ir detrás…


(Niños que van solos al colegio Sainz de Varanda de Zaragoza, con el programa Camino Escolar)


¿A qué edad pueden ir solos al colegio, y a comprar, y en bus? ¿A qué edad crees que es bueno que tengan móvil ,y cuentas en las redes sociales?


Los padres y madres acuden a los talleres con inquietudes de este tipo y aunque es importante tener referentes, preferimos huir de las recetas. Es importante poder pensar en la autonomía como una capacidad que se construye a lo largo de la vida y nos interesa poner la mirada en la función de los padres, entender el proceso de crecer, pensar en recursos que ayuden a los padres y madres a acompañar el proceso de crecer con seguridad y tranquilidad. Cada niño tiene unas características diferentes y a menudo, el contexto marca las posibilidades, la edad es un elemento más.


Por ejemplo, sabemos que entre uno y dos años, los bebés empiezan a caminar pero no es algo que ocurra de repente. Primero levanta la cabeza, se da la vuelta tumbado, se mantiene sentado, se sostiene de pie con apoyo, se desplaza lateralmente con apoyo, camina cogido de dos manos, después de una, y un día empieza a dar algún pasito solo/a. Cuando hablamos de construir autonomía, es necesario recorrer ese proceso de aprender y desarrollar habilidades como el equilibrio, coordinación motriz…


La función de padres y madres es acompañar ese proceso ofreciendo los apoyos necesarios, “la mano que le ayuda a dar los primeros pasos” o “los brazos que le recogen después del impulso de los primeros pasos” que permitan desarrollar la seguridad, la confianza para hacer cosas por sí mismo/a. Claro, el saber popular nos muestra cómo acompañar a aprender a andar, pero cuando pensamos en otras capacidades como la autonomía, la autoestima… resulta más complejo encontrar referentes.


Por esto, más que responder preguntas nos parece interesante generar espacios de reflexión y formación para pensar juntos/as estrategias y criterios que nos ayuden a acompañar la delicada labor de ayudar a crecer con mayor seguridad y satisfacción.


Antes los niños jugaban más solos en la calle sin la vigilancia de los padres. ¿Por qué crees que ahora se da menos? ¿Hay más peligros ahora? ¿Los padres tienen más miedo? ¿Los niños son más inmaduros?


Es cierto que las ciudades han evolucionado y una de las características es que se han hecho menos humanas, cada vez suena más remota esa generación que jugó en la calle. Tenemos mucha tarea para re-humanizar espacios públicos y programas como el Camino Escolar ofrecen la posibilidad de pensar en ciudades más saludables y actuar de forma organizada y en grupo, que además de ser más agradable suele ser mucho más fructífero.


Aparte de que el medio físico implique más riesgos que antes y tengamos que pensar en cómo solucionarlos, en el proceso de construir autonomía se ponen en juego los vínculos, porque cuando es tu hijo el que va por primera vez solo al cole surgen un montón de dudas: ¿tendrá cuidado al cruzar? ¿llegará tarde? ¿y si discute con los amigos? Es un momento importante y ¡crecen tan rápido!


De nuevo, pensar juntos y actuar en grupo, facilita la búsqueda de recursos y alternativas que hagan posible que las ciudades de hoy no obstaculicen el crecer de los niños y que puedan seguir aprendiendo también en la calle.

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