Nuestras abuelas lo sabían...
Muchas medicinas se extraen de principios activos de las plantas. Y sus secretos se conocen desde hace siglos
Hace décadas, el dolor de cabeza se aliviaba con un bebedizo de sauce: se mezclaba corteza con hojas secas y se hervía en una cazuela. No es magia:el sauce contiene el ácido acetilsalicílico, el principio activo de la famosa aspirina.
Las plantas esconden muchos secretos, y los que aborrecen las pastillas no saben que muchos remedios de herboristería son en sí medicamentos, y no difieren mucho de los fármacos que receta el médico. Sorprende encontrar remedios naturales tan eficaces y que han perdurado durante siglos, como la manzanilla para asentar el estómago o reducir la hinchazón de los ojos;la cebolla, que ayuda a respirar cuando se está congestionado, o el aloe vera, perfecto para cicatrizar.
La lista de plantas beneficiosas parece no tener fin, y aquí van varios ejemplos: la mejorana tiene propiedades antimicrobianas; el extracto de hojas de níspero es rico en ácido ursólico y tripertenos, que alivian la inflamación de los bronquios; la corteza de abedul ayuda a bajar la fiebre, mientras que la glicirrina del regaliz inhibe la expansión del virus. Por supuesto, son compuestos químicos y deben tomarse como tal. No tendría sentido tomar un bebedizo mezclando pociones en plan Kika Superbruja, así que de igual manera resulta una locura tomar esta u otra planta y preparar por nuestra cuenta un jarabe. Hay que consultar a profesionales y los propietarios de herboristerías son las personas adecuadas. En estos locales se venden pastillas, infusiones o jarabes que cuentan con certificados legales. Son, en realidad, una farmacia natural.
En la botánica medicinal no se presta mucha atención al sabor. La idea de que el jarabe será dulce o la pastilla insípida no cuadra con los remedios naturales. Algunos de ellos son para los más valientes: por poner un ejemplo, en Bulgaria es habitual que los niños reciban gotas de jugo de cebolla en la nariz cuando tienen una fuerte congestión. Si solo con pelar cebollas ya nos lloran los ojos, no cuesta imaginar la sensación que producirá el líquido en las vías respiratorias. Eso sí, el resultado es más que positivo: los niños respiran muy bien. Otro remedio búlgaro que cuesta tomar pero que es mano de santo es el que proporciona la pimienta negra. Se toma con vino caliente y alivia el dolor de garganta y la congestión. Su sabor es otro cantar, y cuesta horrores beberlo. El vino caliente se toma en los países fríos como Alemania (donde se denomina Glühwein), ya que sus taninos tienen propiedades antivirales.
Los griegos fueron los primeros en estudiar los efectos de las plantas , dividiéndolas en purgantes, narcóticas y febrífugas, y los árabes crearon las primeras farmacias. ¿Cómo aprendería el hombre primitivo que el beleño producía alucinaciones? Seguramente, probando, estudiando y muriendo en el intento. El diente de león, achicoria, lavanda, hinojo, ortiga.., son plantas a las que apenas se hace caso pero que resuelven muchos problemas.
Caléndula. Sus propiedades astringentes la hacen ideal para taponar heridas. Se aplica una cucharada de flores en un vaso de agua y se moja con ella la úlcera.
Pimienta. Es rubefaciente:aporta calor. Y en combinación con los taninos del vino, es perfecta para beber y abrir así las vías respiratorias.
Albahaca. Favorece la digestión, ayuda a calmar los nervios, tiene propiedades anticoagulantes (lo que alivia los mareos) y un añadido:donde crece se alejan los insectos.
Manzanilla. Es relajante muscular y antiinflamatoria, lo que ayuda a asentar el estómago, relajar los nervios y reducir las hinchazones a modo de cataplasma.
Aloe vera. Acumula un gel en el interior de sus hojas que contiene vitaminas, minerales, aminoácidos y antioxidantes. Es buena para la piel, las heridas bucales, estreñimiento...
Cebolla. Es diurética, reguladora de la azúcar en sangre, expectorante y cardioprotectora. Media cebolla en la mesilla ayuda a respirar cuando tenemos el pecho congestionado.
