Blog - Los desastres de la guerra

por Gervasio Sánchez

Bulgaria, un auténtico descubrimiento

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VIAJE EN COCHE DESDE ZARAGOZA A GRECIA ATRAVESANDO LOS BALCANES (7)


Plovdiv (Bulgaria)


Como me ocurrió hace dos veranos con Rumanía, Bulgaria está siendo un auténtico descubrimiento. Sé que es el país más pobre de la Unión Europea, con salarios y pensiones muy bajos, una situación económica inestable aunque no tan grave como la de su vecina Grecia. Además los búlgaros, en general, son bastante agrios con los extranjeros, incluidos los turistas.


Pero estoy visitando monasterios ortodoxos muy bellos situados en enclaves espectaculares a los que hay que llevar por carreteras no muy bien asfaltadas, curvas de ciento ochenta grados, subidas y bajadas continuas que obligan a circular con los cinco sentidos para no empotrarse con los que vienen de enfrente o quedarte estancado en los continuos agujeros que hay que sortear.


En poco más de la cuarta parte de España, donde apenas viven siete millones de búlgaros, hay siete diferentes cordilleras lo que puede dar una idea de la variedad del paisaje.


Paisaje montañoso de Bulgaria. Fotografía de Gervasio Sánchez


Estas dificultades físicas han hecho que el país haya tenido una historia muy tumultuosa, convirtiéndose en tierra de paso y de estancia de las grandes civilizaciones de los últimos siete mil años.


Las tribus tracias ya habitaron y dominaron la actual Bulgaria hace 5.000 millones de años, los griegos provenientes de Anatolia, en la actual Turquía, fundaron enclaves en la costa del Mar Negro hace 2.600 años y Filipo II, rey de Macedonia (359 - 336 a. C.),  conquistó la ciudad más grande en este región, la actual Plovdiv, bautizándola como Filipópolis. Alejandro Magno, hijo de Filipo, amplió las conquistas de su padre en tierras búlgaras.


Durante la época romana distintos emperadores incluyeron el territorio búlgaro en su imperio oriental y el país vivió una época floreciente hasta que distintos pueblos bárbaros, especialmente Atila y sus hunos, saquearon y destruyeron la actual capital Sofía y Plovdiv. Algunos historiadores han emparentado a los búlgaros con los hunos, y junto a pobladores eslavos llegados del éste, crearon el primer estado búlgaro en el siglo VII (681), reconocido por el Imperio bizantino.


A pocos kilómetros al sur de Sofia están las montañas Rila que acoge al monasterio del mismo nombre más célebre del país, situado en un valle frondoso y fundado a principios del siglo X por un monje ermitaño llamado Juan de Rila.


Monasterio de Rila. Fotografía de Gervasio Sánchez


Como ha ocurrido con la mayoría de los monasterios del país, la actual construcción tiene poco ver con la original ya que los otomanos la arrasaron en varias ocasiones y, además, un incendio destruyó la mayoría de los edificios hace poco menos de dos siglos.


La ciudad búlgara más atractiva es Plovdiv, repleta de ruinas romanas entre las que destaca un anfiteatro construido por el emperador Trajano para 6.000 espectadores que se descubrió por casualidad tras un corrimiento de tierras en 1972 y que hoy se utiliza en verano para espectáculos teatrales o representaciones de ópera, el estadio de grandes dimensiones, en su mayor parte oculto por el paseo peatonal, un foro y un odeón.


Anfiteatro romano de Plovdiv. Fotografía de Gervasio Sánchez


También se puede visitar las ruinas de Eumolpias, ruinas de lo que fue un asentamiento tracio construido hace 7.000 años, que fue reforzado por construcciones macedonias, romanas, bizantinas y turcas. Es difícil hacerse una idea de lo que ha sido este lugar a través de la historia, pero la vista de Plovidv es embaucadora.


Paulina, una búlgara que vive en Barcelona y a la que conocí hace tres semanas en Sarajevo, nos hace de cicerone y nos pasea por las calles del casco viejo de Plovdiv, descubriéndonos sus iglesias más cautivadoras, incluida un armenia vecina de un colegio de enseñanza primaria para los miembros de esta comunidad que viven en la ciudad.


El vigilante nos recuerda que este año se cumple un siglo del inicio del genocidio armenio que afectó a millones de personas entre 1915 y 1923 cuando el gobierno otomano ordenó la deportación en condiciones extremas de esta minoría. El número de muertos varía entre 600.000 y un millón y medio de armenios.


Sólo unos tres millones y medio de armenios viven hoy en la actual Armenia, un territorio que apenas es una quinta parte del original que abarcaba extensiones de tierra en Turquía, Irán y Siria. Otros ocho millones de armenios han formado comunidades en decenas de países y centenares de ciudades de todo el mundo. En Rusia viven dos millones y medio de armenios, un millón y medio en Estados Unidos y casi otro millón en Francia. En España viven entre 50.000 y 80.000 y en Bulgaria unos 40.000, la mayoría en Sofia y Plovdiv.




Con mucha sabiduría Paulina nos convence que la mejor opción, cuando aprieta el calor en Plovdiv, es dirigirnos al monasterio de Bachkovo, a unos 30 kilómetros. La principal iglesia tiene unos magníficos frescos de Zagari Zograf, principal artista búlgaro del siglo XIX. Nos colamos en el refectorio que normalmente está cerrado, y admiramos unos frescos inolvidables que cuentan la historia del monasterio.


Frescos del refectorio del monasterio de Bachkovo. Fotografía de Gervasio Sánchez


Los montes Ródope, que conforman en muchos tramos una frontera natural con Grecia, aparecen majestuosamente ante nosotros. La atravesaremos cuando nos dirijamos hacia el país vecino.

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