Blog Cuarta dimensión

por Carlos Bogdanich

El tranvía que mató mis deseos

Gaudí_(1878)
Gaudí_(1878)

















Cuando la "tecnología" va por otras vías


Gran dolor social produjo el fatal accidente del pasado martes en Zaragoza. Las prisas, el despiste, el querer ganar tiempo al Tiempo... Sea lo que fuere, un "mastodonte" eléctrico-mecánico truncó la vida de una abnegada mujer. No es el primer caso, repasando la historia se demuestra que, no siempre la "vía" recta es la menor distancia entre dos puntos.




Antoni Gaudí


El viernes 25 de junio de 1852 en Reus, Tarragona, nacía uno de los más importantes y trascendentes arquitectos de la historia, Antoni Gaudí.


Su natural sentido de la geometría, el volumen y una magistral capacidad imaginativa, le llevó a ser artífice de variadas y monumentales obras. La Sagrada Familia, quizá la más conocida y visitada, es una de sus tantas creaciones donde unió a la Naturaleza con la Técnica, a la Luz con el color y la emoción. Su genialidad se expandió por muchos puntos del Planeta, dejando en todos ellos su particular firma creativa. Gaudí dijo 'La belleza es el resplandor de la verdad, y como que el arte es belleza, sin verdad no hay arte'.


La Curva Catenaria


Su fascinación por la geometría le llevó a ser el primero en aplicar la 'Curva Catenaria' como elemento mecánico en la arquitectura común. Quién le iba a decir que su fin estaría indirectamente relacionado con otro "mastodonte" que llevaba "catenaria" y cegó su vida.




Corría la tarde del 7 de junio de 1926, Gaudí, como tenía por costumbre, se dirigía a la Iglesia de San Felipe Neri que visitaba a diario. El arquitecto de 'las mil y una curvas' iba ensimismado en sus pensamientos, ajeno totalmente al bullicio de la capital catalana. Entre las calles Gerona y Bailén se topó de imprevisto con el paso de un tranvía. Sus mermados reflejos solo le permitieron echarse unos pasos hacia atrás, con tan poca suerte que otro tranvía, en sentido contrario, lo atropelló. En ese momento Gaudí contaba con 74 años y desde hacía tiempo vestía de forma desaliñada, con hábito negro, sandalias y ni siquiera llevaba su documentación. El maquinista y los viandantes, arremolinados viendo el espectáculo, lo confundieron con un mendigo y lo abandonaron a su "suerte"... Al poco rato la Guardia Civil se hizo presente y trasladaron al moribundo, aún sin identificar, al Hospital de Beneficencia Santa Creu. Su estado era muy grave y apenas coordinaba palabras, por ello se tardó varias horas en su identificación.


Gaudí en una Procesión del Corpus




Al final fue el capellán de la Sagrada Familia quien pudo reconocerle, pero ya era demasiado tarde, Gaudí expiraba a los tres días de encontrarse en el Hospital. A partir de ahí la noticia corrió "como reguero de pólvora" por toda la ciudad. 


Había muerto el maestro del 'modernismo' por un tranvía... Su funeral fue acompañado por multitudes que querían darle su último adiós. Hasta el nuncio del Vaticano, Francesco Ragonesi, le calificó como 'El Dante de la Arquitectura'.


Ya veis las sorpresas de la vida y de la muerte, no por ello hay que olvidar el estar siempre atento a nuestros pasos, para que ningún "tranvía"  mate nuestros deseos...




 


   












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