Blog La voz de mi amo

por Matías Uribe

¿Por qué revientan los grupos musicales?

Es algo frecuente, y se diría que inapelable, por aquello del destino y del 'nada es para siempre', que cantaban los Héroes. Los Beatles murieron envueltos en cantidad de líos: la rivalidad Lennon-MacCartney, la ruina de Apple, la presencia de Yoko… A Pink Floyd se lo llevó el ego de Roger Waters y la quiebra de las empresas que montaron… The Smiths fue un purgatorio con el choque Marr-Morrissey… ¿Pero por qué revientan los grupos realmente?


La 2 de TVE emitió días pasados un documental, recientemente editado en deuvedé, sobre Eagles, que perfila uno de los patrones más repetidos en la ruptura de las formaciones musicales de cualquier estilo e incluso famosos y no famosos: malas relaciones internas, desacuerdos artísticos, dinero, celos profesionales, excesos, lujos mal llevados, drogas… Como si el oficio empujara a ello, una noche las 'cuatro águilas' iniciales volaron al desierto de Joshua Tree a consumir peyote y allí comenzó su larga travesía con las sustancias tóxicas. "Al final acabamos todos cocainómanos", confiesa Glen Frey en el documental.


Aplicados alumnos en las disciplinas del exceso rockero, su afición favorita, quién lo diría, era destrozar habitaciones de hoteles, hasta el punto de que el guitarrista Joe Walsh cuenta con el récord mundial, o eso se dice también en el documental. Pero fueron sobre todo las relaciones personales las que mataron definitivamente al grupo. Glen Frey y Don Henley (guitarrista y batería, respectivamente, además de cantantes) llevaban las riendas del grupo, algo que a los demás les producía venenosa alergia. Consecuencia de ello es que surgieron dos facciones: la del dúo Frey-Henley, apoyada por el perverso mánager Irvin Azoff, y la del resto. Y eso tocó algo sagrado: la creación. En la cúspide de las broncas, cuando fueron a grabar 'The Long Run', tras el exitazo mundial de 'Hotel California', se encontraron con que no tenían ni una sola canción compuesta. Salió un pésimo y último disco.


Y una noche explotó todo en el mismo escenario: mientras actuaban, Frey empezó a insultar a un miembro de la otra facción, Don Felder: "Hijo de perra, te voy a romper la cabeza cuando bajemos", le amenazaba uno a otro. No fue la misma cabeza pero sí la guitarra. Ocurrió el 31 de julio del 80. Aquella noche acabó la historia primigenia de Eagles, un grupo crucial de los setenta, aunque luego, en el 94, volvería a reunificarse, con una habilidad excepcional para trazar fantásticas canciones de pop, rock y country, como bien queda recogido en sus cinco primeros álbumes. También un modelo prototípico de cómo revientan los grupos. Y es que las drogas, el dinero, los malos rollos personales… son agentes tóxicos que pueden convertir el éxito en lágrimas, como viene a sentenciar Frey en el documental.


Con otras connotaciones, con otros matices, en otro contexto, seguramente que esta historia de desencuentros colectivos, de matrimonios a cuatro o cinco bandas, le será familiar a alguno de los que lea este blog, a alguno de los que haya pertenecido a un grupo y haya acabado a 'guantazos' con el resto de sus colegas. Animo, aunque sea sin dar nombres, a que cuente el porqué de la ruptura, sea el grupo del nivel y del estilo que fuere. Más que nada buscando el lado positivo, para poner sobre la mesa actitudes y acciones que no deben llevarse a cabo cuando uno se une a otros compañeros para hacer música. Igual sirve de medicina para otros, sobre todo para los más jóvenes. Materia hay, porque solo con echar la vista atrás no es escasa, sino pingüe, por ejemplo, la cantidad de grupos rotos en la escena aragonesa


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