Las ratas se comen la fibra óptica de Teruel. La fibra oficial. Hace dos años pasó en Extremadura. No solo se comen la fibra pública: Rodolfo Chisleanschi, periodista, se quejaba en diciembre de que no podía postear porque las ratas le devoraban la conexión en Madrid. Por suerte ha seguido publicando.

Se suele aprovechar el tema de las ratas y el cable como ejemplo de corrupción: según esa tendencia las adjudicatarias ahorrarían en el revestimiento de la fibra y eso explicaría la facilidad de la merienda. Sin descartar ese motivo, lo cierto es que es un problema mundial que hace perder muchos millones al año.

La industria del cable cita el trabajo de los roedores como la causa número 1 de las interrupciones del servicio junto a problemas técnicos. Las compañías de cables investigan por todos lados: intentan disuadir a los roedores haciendo pasar corriente eléctrica por el cable, impregnándolo de toda clase de sustancias, pintura amarga, pimienta, inventando revestimientos acorazados...

Por lo visto no es que les guste la fibra, es que necesitan limarse los dientes porque les crecen tan deprisa que si no los rebajan no podrían comer y se morirían de hambre. Claro que esa es la explicación tradicional. Es posible que lo que realmente les ponga a las ratas y a las ardillas sea la información.

Y no digamos a los topos.