Blog La voz de mi amo

por Matías Uribe

Viejas y estimulantes historias del rock: Mountain

Viejas historias del rock. Felix Pappalardi, productor, cantante y bajista, estudió música clásica y fue el director de uno de los grandes discos de Cream, 'Disraeli Gears'. Se casó con Gail Collins que no solo se convirtió en su manager sino también en su alter ego musical hasta el punto de ejercer como una especie de Yoko Ono, metiendo mano en sus grupos y proyectos musicales. Trágicamente, en abril de 1983, por un problema de celos, al saber que andaba liado con la starlete Valerie Merinas, lo mató de un tiro con una pistola que el mismo Pappalardi le había regalado. Leslie West perfiló la estampa más oronda de la iconografía guitarrística del rock. Su sobrepeso, achacado a los atracones de pastelitos y golosinas que se metía, acabó en una diabetes que le llevó a la amputación de una pierna en 2011. Corky Laing, batería, desvió su carrera musical a los despachos discográficos, convirtiéndose en A&R de la Polygram canadiense durante seis años.


Tres vidas que, unidas a la del teclista Steve Knight, dieron lugar a uno de los grandes grupos del rock de los 70 y de la historia del hard-rock, Mountain. Pappalardi, tras disolverse Cream, volvió a Nueva York y conoció a Leslie West que tocaba con sus Vagrants, grupo de escaso eco. Confiado en el potencial de Leslie West, le animó a grabar en solitario, cosa que hizo dando a luz el álbum 'Mountain', también sin eco; pero, pese a ello, acicate para Pappalardi para implicarse aún más con West, en el que tenía fe ciega, gracias a su dominio técnico de la guitarra y a su potente voz rockera. Ambos, en 1969, decidieron adoptar el nombre del álbum en solitario de West como nombre de un nuevo grupo al que se unieron los mentados Corky Laing y Steve Knight.


No hubo que esperar mucho para ver al cuarteto debutando en el Fillmore y a renglón seguido tocando ni más ni menos que en el legendario festival de Woodstock –se dice que el helicóptero que trasladaba a los artistas al escenario, tuvo que hacer un viaje exclusivo con West como único pasajero: su gordura ponía en peligro el vuelo- y a renglón seguido en disco grande, es decir, con el fenomenal 'Climbing' (1970), que abría su conocida 'Missippi Queen' y unos identitarios golpes preliminares de cencerro, luego imitados hasta la saciedad y que en tiempos recientes le llevarían a figurar en el juego 'Guitar Hero'.


Rock duro, blues, guitarras saturadas, largos solos, equilibrio entre la voz rasposa de West y la más melódica de Pappalardi, delicados ejercicios de guitarra acústica y esponjosos apoyos de teclado. Una gran álbum, como digo, que para West sigue siendo el mejor disco del cuarteto aunque se lamenta de que no suene como debiera haber sonado, como sonaban, por ejemplo, los discos de otro de sus ídolos: Hendrix.


Enseguida, a Mountain se le colocó la etiqueta de los Cream americanos, etiqueta que no andaba muy descaminada pues Leslie West era un fan perdido del grupo y de la guitarra de Eric Clapton. Y con ello, el éxito, las giras, los halagos (“West es lo mejor que le ha pasado al rock actual”, dijo Jeff Beck) y la cimentación y expansión de un nuevo género que poco tiempo antes había iniciado Led Zeppelin, el hard-rock.


La aventura original –luego hubo resurrecciones bastardas- no duró mucho por culpa de egos, las drogas y la esposa de Pappalardi, una 'metomentodo' que lo mismo co-escribía canciones para el grupo, diseñaba las portadas, hacía las fotos o ajustaba la agenda de conciertos del cuarteto. En 1971, editaban otro gran disco, 'Nantucked Sleighride', con la pieza que le daba nombre como pieza estelar, combinando energía y melodismo, y pretexto para montar unas ruidosas y largas jams en directo que permitían ir al baño tranquilamente a cualquiera de los miembros del grupo, y en el mismo año –ah, aquellos tiempos en que los discos se publicaban a ritmo vertiginoso- llegaba 'Flowers Of Evil', mitad directo (25 minutos para una explosiva 'Dream Sequence' que embutía, entre otras piezas, a 'Roll Over Beethoven'), mitad en estudio, rematado en 1972 con uno de los grandes fuertes del cuarteto, el directo, es decir, con 'Live (The Road Goes Ever On)' aunque no diera su mejor medida en las tablas y el grupo estuviera ya disuelto. O sea, hace 40 años, pretexto banal si se quiere pero que me ha dado pie de nuevo para meterme en el túnel del tiempo y evocar viejas y estimulantes historias rockeras, no aptas para indies modernos saturados de calorías 'cool'.


http://www.youtube.com/watch?v=lPkqfP9f9R0


http://www.youtube.com/watch?v=1ANTWxSazRM


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