Blog - Al Alba

por Mariano Gistaín

¡Que no llegamos al futuro!

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Mariano Rajoy insiste en que el crédito se lo den a los bancos, no a España. Pero no le hacen caso. En realidad nadie hace caso a nadie. Todo el mundo está obsesionado con su propio genoma, ego, negocios, deudas, prima, embargos, etc.


La apretura es general. Se cuela por todo, se filtra por las rendijas de los lugares y corazones más blindados.


Joaquín Almunia, constituido en figurón de la burocracia europea,  ha visitado su antigua patria ya muy irreconocible y ha dicho que las condiciones de esos créditos soberanos a los bancos pueden variar en el futuro.


El problema es que no llegamos al futuro.


Rajoy lleva un mes y medio pidiendo a Merkel que actúe en 24 horas. Él sabe mejor que nadie que el futuro se acaba mañana o pasado a lo más tardar. La prima engulle al Gobierno y a sus familias.


Almunia y el futuro. El que come caliente suele emplazar para el futuro a los que suspiran y expiran por esas calles llenas de conductores dormidos.


Madrid ya anuncia que va a recoger la basura con menos frecuencia: por un lado se ahorra el camionaje y por otro da más tiempo a la ciudadanía famélica para la rebusca en el container. Es el coworking.


Hay que salirse del euro aunque sea por hacer algo, por llamar la atención. Hay que salirse del euro sin querer, a malagana.


Igual que se sale se entra.


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Entretanto, en el G20, todos están de acuerdo, aunque los detalles se verán otro día. Vuelvan ustedes mañana.