Cuando las reglas no funcionan hay que cambiarlas.

De momento, parar las bolsas.

Y a ver qué pasa. Un respiro. El mundo detenido. Como si fuera fiesta. Un avance del fin del mundo, aprox. Una cosa poética. Parar las matemáticas hasta septiembre.

Obama empezó una reforma financiera. Pero no la ha hecho, o no ha servido de nada. Obama es una figura decorativa. Quizá ni existe.

Hay demasiado dinero circulando sin control.

Y nos está matando.

Aquello de parar el mundo que me bajo: cerrar las bolsas. Los mercados primarios, secundarios y mixtos. Futuros, derivados, hedge founds...

¿Quién podría hacer esto? Nadie. Pero hay que decirlo (quizá es un delito sistémico).

Decirlo ya es algo.

Las alternativas dentro del sistema no funcionan.

Hay que formatear el capitalismo financiero, reiniciarlo. Poner el contador a cero.

Default global (¡huy!). (Algo provisional, claro).

(¿Qué diría China? Hace meses que no se nombra. China ha desaparecido un poco. ¿Sigue ahí?).

Si se hiciera default el capital sin control seguiría apostando en mercados clandestinos. Al menos sería ilegal. Tendría que aflorar algo para pipas.

La vida sigue a ratos, cric clac.

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(Un minuto después...)

Este post podría seguir indefinidamente. Puesto que ya está fuera del sistema, todo es posible.

Es un post postdefaultiano.

Una vez enunciado el crack (demo) todo es diferente.

La deuda es el negocio.

El capital es vago (se ha acomodado al algoritmo). Podría terminar apostando contra sí mismo.

No quiere pensar, ni calcular.

Y esta desidia financiera, que va sola (y no deja de ser una innovación) se come el mundo anterior, lleno de cosas, costumbres, personas. Se come también el tiempo.

Capitalismo caníbal.

Faltan datos. Hasta que no se disponga de info en tiempo real se suspende la sesión.

Sería buena excusa:

O publican los logs del servidor de finanzas global, o lo apagamos. ¡La nube!

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A lo mejor China, a fuerza de censurar a sus ciudadanos, se está censurando a sí misma. A veces pasa.

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Ahora está Rajoy en el Congreso. Hay que apoyarle a tope, él también está desorientado.

Pregunta la oposición:

-¿Es cierto que la alineación de la Selección ya la hace Merkel?

No, no es fácil de contestar.

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