Blog Cuarta dimensión

por Carlos Bogdanich

Pagar Impuestos con alegría e ilusión

El Azar es consustancial al Ser Humano: 


Cada vez que llegan las fiestas de Fin de Año se disparan las ventas de números, de aquello que algunos tipifican como "el impuesto de los pobres". Millones de personas, en todo el mundo, corren desesperadas en busca de su número de la suerte, de que "la diosa de la fortuna" se apiade de sus carencias y sufrimientos. Se acude a presuntos adivinos y se hacen las más variadas cábalas con la edad del recién nacido, la fecha de la boda (siempre que haya ido bien, se presupone) o la matrícula del coche, hasta se espera que llegue ese añorado sueño premonitorio donde un difunto, desde el más allá, nos muestre los números de la fortuna. Todo cabe en esa dimensión intangible del Azar. 


La Historia nos demuestra que siempre ha existido un estrecho vínculo del hombre con el azar y que además, muy sutilmente, se rediseñó para otros fines. Por ejemplo en la China, donde si no, allá por el siglo II aC. se construyó parte de la Muralla China y armó a sus ejércitos, por medio del invento de una lotería llamada Keno. La experiencia cundió rápidamente y se extendió por todo el planeta. Según la tradición bíblica, los soldados romanos se jugaron la túnica de Jesús al pie de la cruz, pero en este caso con una especie de juego de dados muy popular entonces entre los legionarios. En Europa, buscar recursos financieros por medio de la lotería para distintos fines, fue desde principios del siglo XV. Francisco I de Francia, muy cuco él, autorizó la lotería en 1520 para llenar sus arcas. Años más tarde, Isabel I, hizo lo mismo en Inglaterra. Entre financiaciones de guerras, batallas y armamentos discurría el asunto, hasta que en 1753 los fondos de la lotería se emplearan para la fundación del Museo Británico. Carlos III, pocos años después, importó la lotería Primitiva desde Nápoles ya que hasta ese momento en España se celebraban sorteos ocasionales con el fin de conseguir recursos extraordinarios para obras públicas y armamento. Según el sociólogo Roberto Garvía, es a mediados del siglo XVIII cuando la lotería se convierte en un instrumento fiscal. 


En España el primer sorteo de la Lotería de Navidad se celebra en 1812, en la ciudad del asentamiento fenicio más antiguo de Occidente, Cádiz, utilizando cédulas de papel que un año después se sustituirían por las bolas de madera que se usan hasta hoy. Hasta el pasado año eran 85.000 bolas de madera de boj, con sus respectivos números, las que con su peculiar sonido "amasan" cada año la ilusión de mucha gente. Este año 2011 han crecido las bolas hasta 100.000 al igual que los premios que serán superiores. Pero como siempre 'son muchos los llamados y pocos los elegidos'. Las probabilidades de que te toque un buen "pellizco" se resume, mejor dicho se reduce, a que si hablamos del 1º o 2º premio la probabilidad es del 0,0012 %, la Pedrea del 2,08 % y el Reintegro de un 10 % sobre el total de los ilusionados jugadores. 


Y hablando de porcentajes, importante es el que a premios se refiere con respecto a lo recaudado. Un 70 % del total se dedica a premios y el 30 % restante a gastos de gestión, administrativos y al Tesoro Público. Como "instrumento fiscal" no hay quien lo compare, todos vamos alegres e ilusionados a comprar el número o el décimo sin hacer caso a ese constante "binomio contradictorio" entre el Azar y la necesidad; como el agua y el aceite, ambos fluidos pero incompatibles. A todos nos gustaría estar dentro de ese 0,0012 % que se llevará "el pellizco". Pellizco que tendrán que declarar y pagar a su vez los correspondientes impuestos, pero así y todo con alegría, que estamos en fiestas!!!




Pero la "alegría" también va escasa, sobre todo para el resto de jugadores que ven a su número ansiado, amado y soñado no aparece ni por milagro.  Ahí es cuando aparece nuestra hipócrita frase salvadora 'Lo importante es la salud'. Y no es que no lo sea, el problema es que sólo nos acordamos de ella cuando falta... Pero la vida sigue y aunque no hayamos ganado nada en el azar con el dinero gastado, el simple hecho de que existiese esa mínima ilusión en poder pertenecer a ese "reducido círculo" del 0,0012 % nos hace sentir satisfechos del 'patriótico servicio prestado'. 


Nueva Lotería Impositiva:




Pasados lo "lúdicos" y festivos momentos, llega la realidad... Kilitos demás en el cuerpo y no en la cuenta bancaria, el inicio del nuevo año con sus correspondientes deberes y la llegada de los distintos pagos a que tenemos que hacer frente. Entre ellos los 'Impuestos Directos' a los que todos, al menos en teoría, debemos afrontar. Hay que "rascarse" el bolsillo y no se hace con la misma ilusión. ¿Pero qué pasaría si también éstos gozasen del patrocinio de la diosa de la Fortuna?. Sea por nuestro DNI o por el número de declaración, entrasen en un 'bombo' que, si bien no repartiese "escandalosos" premios, sí permitiese que algo más del 0,0012 % de los declarantes obtuviese un premio a la honradez cívica, condonando el pago de un impuesto dentro del ejercicio.  Por ese estímulo interno en todos los humanos hacia el juego y el azar, aumentaría el número de declarantes e iríamos todos a 'pagar impuestos con alegría e ilusión'. 


...Eeel siete, eeel nueve, eeel dos, eeel cinco, eeel tres...¿Qué sería de nosotros y de la Economía, si los Niños de San Ildefonso cantasen con sus voces, la otra 'Lotería Impositiva' pagada por todos con alegría e ilusión?... Felices pesadillas.


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