Blog La voz de mi amo

por Matías Uribe

Lenny Kravitz, el chef del recocinado

Tras Red Hot Chili Peppers, otra dosis de funky-rock con Lenny Kravitz, que casualmente el mercado los ha puesto seguiditos, editando sus nuevos discos a finales de agosto. Siempre he considerado al neoyorkino como un voraz e impoluto 'reciclador' –saqueador le llaman otros-, pero un artista respetable. Lenny Kravitz ha cimentado y fabricado su carrera utilizando –usurpando le llaman otros- materiales a grandes del rock de los 60 y 70, desde Hendrix a Cream, los Rolling, Marvin Gaye, Lennon…   o los mismos Gues Who, de quienes en '5' versionó su impactante 'American Woman'.


Su nuevo disco, 'Black & White America' no es una excepción a este concepto de devorador de lo ajeno. Ya en la misma pieza de inicio, la que da título al disco, se entrecruzan Isaac Hayes con Temptation y Gloria Gaynour. Y luego, en un álbum larguísimo de 16 canciones, se transparentan los más variados espectros de músicos de color, desde Pacfic Gas & Electric a Funkadelic, Sly Stone, James Brown, Marvin Gaye, Michael Jackson, Prince e inclusive –por actualizar- Jay Z, quien colabora en 'Boongie Drop'.


De hecho, el disco es un homenaje a la música de color, incluidos sus amados Rolling Stones ('Everything'), y una diatriba contra el racismo todavía existente en Estados Unidos, según denuncia el mismo Kravitz, especialmente a través de la canción que da título al disco. “Mis padres fueron una de las primeras parejas mixtas y sufrieron los insultos de la gente, pero no hablamos del sur de Estados Unidos, esto les ocurrió en Nueva York. La canción trata sobre mí y sobre la tensión racial en este país. Puede que estemos progresando pero todavía hay mucha gente aferrada a sus viejas ideas.”


O sea, un disco, una vez más, sin novedades, sin canciones que no suenen a déjà vu, aunque sustanciosas en muchos casos: la misma 'Black & White America',  'Stand, con un estribillo pop muy pegajoso, el guitarreo de 'Come On Get It', la exhibición sintética a lo jazz-rock setentero de 'Looking Back On Love', la tierna balada 'The Faith Of A Child' (puro Michael Jackson / Quince Jones), el candor romántico de 'Dream' o la solemnidad soul-pop-rock de 'Push'. No faltan tampoco las perogrulladas en disco tan extenso como este, caso del pueril estribillo de 'Rock Star City Light'.


Y sigue asombrando la capacidad que tiene este atlético y seductor 'rockerfunky' –Madonna, Lisa Bonet, Vanessa Paradis, Natalie Imbruglia, Nicole Kidman…dirán-   para componer, arreglar, auto producirse, cantar, hacerse coros, manejar todo su arsenal analógico en su estudio de las Bahamas y sobre todo tocar toda clase de instrumentos –¿quieres la lista de este disco? Pues ahí va en inglés: Arp 2600, Arp Omni, Arp String Ensemble, Bass, Bongos, Claves, Conga, Cowbell, CS-80, Drums, Farfisa Organ, Fender Rhodes, Glockenspiel, Guitar, Guitar (acoustic), Guitar (electric), Hammond B3, Handclapping, Harpsichord, Jaw Harp, Linn Drum, Lyricist, Maracas, Mellotron, Mini Moog, Mixing, Oberheim Obxa, Piano, Producer, Prophet 5, Soloist, Tambourine, Tympani, Vibraphone, y Wind Chimesk-.


En suma, un chef que no hace cocina de diseño, que no necesita ingredientes sofisticados y modernísimos, que incluso echando mano de los restos del día anterior, es capaz de cocinar –recocinar le llaman otros, los más malvados- unos platos de cocina tradicional que muchas veces saben ricos, ricos…Está no solo contento con este papel de cocinero del pasado –que tanto se le atribuye- sino que se siente orgulloso. “No me siento prisionero de esa imagen de recreador de los sesenta que se da de mi, sino todo lo contrario, me enorgullece. Creo en la paz y en la buena música”.


http://www.youtube.com/watch?v=ada3vv-YF_4&feature=player_embedded




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