Blog La voz de mi amo

por Matías Uribe

Ocho días de jazz en Zaragoza

Jazz Zaragoza
Jazz Zaragoza



Empieza hoy una nueva edición del festival de Jazz de Zaragoza, la número veintitantos, muy cercana a la treinta, seguro, pues fue allá por los primeros ochenta cuando se instituyó el festival otoñal de jazz, merced al impulso del Ministerio de Cultura que, en aquel momento, se empeñó en llenar de jazz media España. Pena que la organización no ponga el número de edición en el cartel. Le daría más poso y prestigio.


En cualquier caso, un cartel más que notable y bien equilibrado entre figuras asentadas y jóvenes nombres que darán mucha luz al jazz en años venideros. En este último apartado hay que colocar indudablemente a Christian Scott, un genial trompetista de tan solo 27 años que parece tener en el cerebro y, cómo no en los pistones de esa trompeta doblada, grabado a fuego los nombres de Miles Davis y Dizzy Gillespie. También aquí, en este grupo de figuras emergentes, hay que ubicar al extraordinario saxofonista Donny McCaslin, que abre hoy, y a la jovencísima contrabajista y cantante Esperanza Spalding.


Por el lado, digamos, de los más veteranos, agrada ver a David Sanborn, un conocido sideman de decenas de figuras del pop, el rock y el jazz, que cuando ataca con nombre propio le da al estupendamente al saxo y al jazz más ortodoxo. Y, bueno, anécdota al canto: participó en el legendario festival de Woodstock, formando parte ni más ni menos que de la Paul Butterfield Blues Band, aquella grandiosa escuela de blues blanco. De su quinta es también, más o menos, Chucho Valdés, si bien el estilo del pianista cubano, con su ya conocida fusión latino-africana, es bien distinto y menos purista, desde luego, que el de Sanborn e incluso que el de su paisano Gonzalo Rubalcaba, pianista de La Habana, que, con 47 años, es ya toda -o así parece- una veterana figura.


Veteranismo y popularidad que exuda sobre todo el gran batería Billy Cobham desde que volara al lado de Miles Davis en los inicios del jazz-rock y junto a John McLaughlin en la atrevida e inolvidable Mahavishnu Orchestra. El cartel incluye también una noche de soul, que no es mala idea, para abrir el festival a otros públicos. Lo hace con la formación hispano-británica Soul Tellers y los locales (y magníficos) Faith Keepers. También es interesante la inclusión de grupos locales -Bitácora, Triovivo y la Fox Jazz Band- así como el panel de actividades paralelas, como las actuaciones que ya han empezado en diversos locales zaragozanos o las charlas didácticas para niños en la sala Luís Galve a cargo del incombustible Chus Fernández (y que dure) y la Monkayo Jazz Band.


Un cartel pues más que arreglado por el que fluye buen jazz, aunque bien es verdad que alejado de aquellos grandes e irrepetibles festivales de los ochenta y primeros noventa donde tuvimos oportunidad de escuchar a auténticas leyendas como Dizzy Gillespie, Oscar Peterson, el Modern Jazz Quartet, Stephan Grapelli, Art Blakey, Lionel Hampton… y, como no, la histórica actuación de Miles Davis en el Palacio de los Deportes. Pero aquello fue otro tiempo y otra historia, que fue posible gracias a la valentía de Miguel Ángel Tapia y a que, por grandísima suerte, aún pillamos vivas a todas aquellas leyendas.

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