Blog - Tinta de Hemeroteca

por Mariano García

Una escudería zaragozana de 'rallyes'... con Seat 600

bolidos
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Esto de participar en rallyes con los famosos 'seiscientillos' hoy lo vemos como una broma, pero a la altura de 1967 no se veía tan raro, sobre todo si se había mejorado su motor. ¡Qué tiempos!

La escudería Costa nació a finales de noviembre pasado. Al calor de cuatro entusiasmos masculinos por 'sacar bielas', como ellos dicen en su jerga particular y que para el resto de los mortales significa

hablar, a todas las horas del día y parte de la noche, de coches y de marcas de coches. La escudería Costa es el primer equipo de automovilistas creado en nuestra ciudad. Por su empuje y por sus ambiciones, la escudería Costa armará mucho ruido. Tanto o más del que ya arman con sus originales 'Seiscientos', esos de la raya pintada, del morro a la trasera, que tanta admiración despierta entre los chicos de Zaragoza.

La escuderia está constituida hasta ahora por cuatro automovilistas: Manuel Costa, director técnico y creador; José Manuel Torrejón, Luis Torra y Ramón Burunat.

-Y todo el que desee colaborar con nosotros, pues en ningún momento hemos pensado en hacer de nuestro equipo un círculo cerrado.

Los cuatro automovilistas, socios del Motoclub, piensan de momento participar en todos los 'rallyes' que éste organice.

-La escudería interesará, entonces, de manera particular, al Motoclub.

-Debería interesarle.

La escudería también piensa participar en todos los demás 'rallyes' que les sea posible. 'Rallyes' y carreras de velocidad.

-El 'rallye' se caracteriza por la regularidad en su recorrido, por su cronometraje perfecto.

-A ellos -continúa explicando Luis Torra, el más veterano de estos cuatro automovilistas-, acuden principalmente 'los relojes'.

Y no es que a los relojes les hayan salido patas ni ruedas que no les correspondan; es que, con este sustantivo, se designa en el argot propio a los corredores esclavos de la medida del tiempo, a los que no se dejan embriagar por la velocidad tanto como por la exactitud de llegada, salida y recorrido perfectos. Ni una fracción de minuto más ni menos. 'Los relojes' afrontan su peligro como todo automovilista, pero estos peligros no son prácticamente los mismos, ni tantos como los corredores que viven 'cara a la velocidad'.

Porque sí; si buscásemos la definición más aproximada del automovilismo podríamos decir que es el deporte de la velocidad. Es la emoción, el disfrute que proporciona la velocidad y sólo la velocidad, lo que impulsa a la mayoría de los corredores al automovilismo. Los componentes de la escudería Costa son dueños de sendos 'Seiscientos'.

-¿Los 'Seiscientos' son apropiados para competir con otras marcas?

-Eso depende. Los nuestros están, naturalmente, 'preparados'. Todos han pasado por las expertas manos del técnico del equipo, Manuel Costa. Los deja nuevecitos, capaces de 'hacer la rata' escandalosamente a los flamantes 'Porsches' y 'Ferraris', en cualquier 'rallye' de Dios o del demonio.

-¿Pueden participar con todas las marcas de coches?

-Se establece la velocidad, que es de cincuenta por hora. Después el coeficiente del cubicaje, marca, preparación que lleva... En estos 'rallyes' pueden participar desde 'Biscuter', si se quiere hasta..., no hay tope.

-Otra característica del 'rallye' es que en él trabaja tanto el copiloto como el conductor.

Se da la curiosidad en la escudería Costa que los copilotos de los señores Costa y Burunat son sus propias esposas.

-De morir, morir juntos -explica el señor Costa, ante la sonrisa, un tanto ambigua, de la propia esposa que le escucha.

La labor del copiloto es la de control. La de anunciar paso a paso las vueltas, vericuetos y segundos exactos que existen en el 'rallye'.

Es decir, controlar los diez mil ochocientos segundos de las tres horas de duración.

-Creo que se termina con un dolor de cabeza enorme -declara modestamente un automovilista.

Aparte de la raya distintiva, en contraste siempre con el color del coche que la lleva, la escudería ha creado un escudo. La figura de un reactor con las iniciales E. C., escudería Costa.

-Lo hemos elegido por emblema, como símbolo de la velocidad.

-También debemos añadir que nuestros 'Seiscientos' de carreras son los mismos que los de trabajo. Más claramente: que solo tenemos un coche.

Lo cual viene a querer decir que se está un poco en inferioridad de condiciones frente a aquellos modelos participantes que son llevados y traídos al lugar de la carrera sobre cuatro ruedas que no

son las propias.

-Sí, hay corredores extremosos; utilizan el coche de carreras exclusivamente para ellas. Son automovilistas ricos, desde luego.

Los que se llevan al final el honor y las pesetuelas.

-Ustedes, ¿se llevan algo?

-Salvo las sorpresas que en las carreras de automóviles se suelen dar, por fortuna, nos llevamos el honor de haber participado en ella. A veces, algún trofeo repartido entre los componentes de la

competición en concepto de mejor promedio.

También se llevan las manos a la cabeza cuando el coche sufre algún percance imprevisto. Porque...

-No estamos en absoluto protegidos. Todo es a base de dinero. Y cuando solo se tiene un coche puede resultar catastrófico.

Es un deporte inventado por ricos y hecho para ricos. Los aficionados no pudientes...

-En el extranjero, las casas comerciales tienen mucho que ver en el asunto. Ellas se anuncian en los propios automóviles, pero, a cambio de eso, te regalan las cuatro ruedas o te ayudan de alguna manera.

En España todavía no se ha explotado esta fórmula de publicidad y a la vez de protección económica que puede estimular una afición. Paciencia, a lo mejor cuando menos se espera se acerca una

casa comercial a la escudería Costa.

La ilusión inmediata de estos cuatro automovilistas es su participación en el circuito de Guadalope, que sirve de selección para el campeonato de España. Se celebrará a primeros de junio, y en él participan la flor y nata de los automovilistas nacionales.

-Ahí sí que es bonito correr. De ahí sí que puede salir algo realmente bueno.

El taller Costa, en cuyo ámbito se ha creado la escudería, dota al equipo del correspondiente coche escoba para prestarles auxilio en cualquier caso de apuro. A los propios y a los ajenos, naturalmente.


Y mañana...

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