Blog - Tinta de Hemeroteca

por Mariano García

Florencio Mercadal, el último pajarero de Zaragoza

pajarero
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Hoy, un poco de costumbrismo. Agosto de 1967. Alfonso Zapater le hizo una entrevista al último pajarero de Zaragoza, que llevaba 18 años vendiendo animales en la plaza de Sas. A Florencio Mercadal no llegué a conocerlo, pero sí que recuerdo haber visto a gente vendiendo canarios en el Rastro hasta no hace mucho. Ignoro si se sigue haciendo. Escribía el maestro Zapater:

Don Florencio es un personaje popular. Entiende de pájaros y de  personas. Conoce como nadie a su clientela. Sabe los que van a comprar y los que no. Algunas veces entabla diálogo con los clientes. Pregunta por los familiares más allegados.

-Se murió aquel periquito.

-¿Después de cuántos años?

-De doce.

Don Florencio Mercadal es zaragozano. Todas las mañanas, indefectiblemente, coge las jaulas y se traslada a la plaza de Sas, donde monta su tenderete. Dos caballetes y un tablero. Basta con eso. La gente forma corro en derredor. Atraen los trinos de los pájaros. Don Florencio los cuida con mimo y les pone precio.

-La concesión de este puesto data de 1949.

-¿No hay más pajareros en Zaragoza?

-Que salgan a la calle, no. Soy el único.

Es el último pajarero de la ciudad. Con él, cuando se vaya, se acabarán los trinos y este tipismo callejero. ¿O tendrá sucesores? Aprieta el sol y don Florencio se preocupa de poner a la sombra a sus pájaros, a sus gatos, a sus perros, a sus conejos de Indias. Corre el sudor por su frente, pero no importa.

-Antes de dedicarme a los pájaros -nos explica- era zapatero. Hasta que lancé la banqueta a la calle y toda la herramienta. Dije: "Hasta aquí hemos llegado". Ahora me va mejor.

-¿Qué clases de pájaros vende?

-Canarios de todos los colores, periquitos, cardelinos y verderones. También, conejos de Indias, gatos y perros.

-¿Los recría usted mismo?

-Los canarios y periquitos, sí.

-¿Cuántos pájaros tiene en casa?

-Depende. Unas veces cincuenta y otras me acerco al centenar.

Una señora se interesa por los gatos.

-¿Son siameses?

-Sí. Luego les crece el pelo y se les pone marrón, y las patitas negras... Quedan así de preciosos.

-Sí, ya lo sé. ¿Cuánto valen?

-Doscientas pesetas cada uno.

-Si apenas pueden comer...

-Cinco conejos de Indias se han comido hoy para desayunar.

Sin embargo, los conejitos de Indias conviven con los gatos. También, los pájaros.

-No les hacen nada -se justifica el pajarero-, porque están hartos.

Los canarios valen de cuatrocientas a quinientas pesetas. Según. Los periquitos, ciento veinticinco. Los jilgueros y verderones, cuarenta.

-Lo más barato -explica don Florencio- son los conejos de Indias. Cada uno cuesta treinta y cinco pesetas. Mis mejores clientes son los médicos. Vienen a comprarlos para hacer experimentos.

-¿Vende su mercancía todos los días?

-Sí. Todos los días se vende, aunque no en su totalidad.

-¿No tiene otro medio de vida?

-No.

-¿Cómo se hace con los jilgueros y verderones?

-Los vamos a coger.

-¿Usted?

-Voy con mi hijo, todos los domingos...

Don Florencio Mercadal, el último pajarero zaragozano, solo vive para y por sus pájaros. Su destino cambió de rumbo el día que decidió plantarse, arrojando a la calle banqueta y herramientas de

zapatero. Desde entonces acude puntualmente a la plaza de Sas, todas las mañanas, porque le gusta verse rodeado de trinos y de gente.


Y mañana...

Un motín en Illueca para echar al párroco del pueblo

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