Blog La voz de mi amo

por Matías Uribe

¿Existe la canción perfecta?

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¿Existe la canción perfecta? Rotundamente, no. La música, aunque lleve las tripas cargadas de matemática pura, de notas y compases milimétricamente calculados, dérmicamente es pura emoción, materia sensible, no racional. Tampoco posee un canon establecido de belleza y proporción como lo tuvo la escultura griega. Luego, difícilmente puede sopesarse y, en consecuencia, baremarla tal que la tabla de un campeonato deportivo. No existe el museo de las canciones perfectas.


Hay, sin embargo, una raya invisible que separa las buenas de las malas canciones, una percepción inmediata en cualquier cerebro medianamente bien ordenado que, sin dilaciones, separa a Mozart del Chiquilicuatre, a Bob Dylan de Bisbal. Y hay también otra raya más gruesa y personal, en consonancia con los gustos y la formación de cada cual, que separa las canciones emocionantes de las que no lo son, las que masajean el cerebro –u otras partes- de placer y las que irritan. Favoritas y no favoritas.


Por cierto, y perdón por no hacerlo antes, hola. Este va a ser un blog de canciones, de música; por tanto, de emociones, belleza, sensibilidades. Así es que por ello he querido iniciar mi viaje en el globo blogesférico con esta digresión del encabezado. Claro que si no existe la canción perfecta, sin embargo, sí existe la canción bien hecha, sumamente bella, praxiteliana, la que atrapa, la que escuchas una y mil veces y sigue masajeándote las neuronas, o como dicen los psiquiatras, estimulándote las endorfinas. ¿Cuál es la tuya? Supongo que, como a mi me pasa, y más si eres melómano compulsivo, tendrás decenas, cientos. Pero una, a ver si eres capaz de cribar y quedarte solo con una...


Yo he hecho tan masoquista ejercicio y me he quedado con esta: “Days Of Pearly Spencer”. Siempre, desde que la escuché por vez primera en los finales de los sesenta, la he tenido metida en el cerebro. Y jamás me canso de escucharla. Son quizá los dos minutos más gloriosos de pop adheridos a mi memoria.




Las gracias se las tengo que dar a un irlandés de Belfast, David McWilliams, que la publicó en 1967. Un caso insólito de artista y de carrera. Salió al mercado como un nuevo Donovan y marcado por Bob Dylan, aunque él se distanció de ambos con los arreglos barroquizantes con que le embadurnó sus canciones el productor Mike Leander, que antes había trabajado con Marianne Faithfull. Lo inaudito fue su estreno discográfico en disco grande: tres LPs de una tacada en un solo año, en el 67. Que se rinda Prince, por si acaso piensa que este año, en que ha anunciado que va a editar tres discos, va a realizar una hazaña bélica. Ya está conseguida.


En el segundo de aquellos discos de McWilliams, abriéndolo, estaba “Days Of Pearly Spencer”: violines, guitarra acústica, una batería entrecortada, su voz sentida contando la historia de un indigente llamado Pearly Spencer al que conoció en las calles de Ballymena (ciudad a la que se trasladó a los tres años), luego ese riff de cuerdas maravilloso, saltarín, identificable de inmediato, ideado por su productor, y para rematar el efecto vocal en off. Dos minutos de originalidad y magia pop de los que ya no se fabrican.


Mas lo cruel que es este negocio en el que cualquier tarambana, vendiendo humo y mierda, se forra: “Days” ni siquiera alcanzó el éxito en Inglaterra. Aunque, menos mal, en el resto de Europa arrasó. Hasta la Orquesta Nacional de Francia hizo una versión que llegó al número uno. Y la versión que Marc Almond hizo en 1991 se llevó todos los laureles. McWilliams ni se inmutó. Es más, se dice que nunca llegó a escuchar la versión. Le importaba un bledo la fama. Murió en el olvido en 2002. Lo homenajearé como se merece en otra ocasión.


Ahora, con mi recuerdo al fallecido amigo José Luis Calvo, que tenía también esta canción de cabecera e incluso un grupo con su nombre y que fue quien alentó a John Landis Fans a evocarla –que no a versionarla- a través de una deliciosa pieza instrumental, en su LP de debut, repesco una emisión de la TV francesa. También recupero la portada del single español. ¿Es una canción perfecta? ¡¡¡Pues para mi, sí!!!. Aunque no exista la canción perfecta. ¿Cuál es la tuya?


http://www.youtube.com/watch?v=Gr0YT5fSmZs


Nada, que me veo propugnando un disco recopilatorio con una multinacional  o en plan doméstico con todas estas estupendas canciones que estáis eligiendo. Hay buen gusto por ahí destilado y extendido. Haremos un ranking, por lo menos, cuando este hilo esté más avanzado. Y como existe la idea de crear una radio, pues será un buen lugar para poder escuchar estas canciones que citais. Asi las podremos disfrutar todos.


Una cosa: no vale un listado con varias canciones, porque el ejercicio masoca obligaba y obliga a elegir una sola. Sí, ya lo sé que alguno me estará maldiciendo, pero ese era y es el juego, el de la isla desierta y el libro (en este caso, la canción).


Bueno, gracias a todos los que os estais tomando la molestia en poner vuestra canción: estais contribuyendo a enriquecer y compartir, que es otro de los grandes disfrutes de los melómanos.


Y gracias también a viejos alumnos de los que hacía tiempo no sabía nada. Reencontrase con el pasado es como reencontrase con viejas canciones, alegra. Gracias Luis. Intento visualizarte y creo que lo consigo. Jopé, es que hace tantos años…

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