>> Valientes. Hay que ser muy osado para salir desnudo a la calle en pleno invierno, así que imagínese la valentía del níspero, que no solo mantiene sus hojas verdes, sino que echa sus flores a mediados de diciembre. El níspero (eryobotria japonica) se introdujo en la Península como planta ornamental pero algún avispado se comió sus frutos y comenzó su cultivo. Por razones climáticas, suele ocupar zonas del litoral, donde los inviernos son más suaves.

Cuidado con las heladas fuertes

En Aragón, apenas hay cultivos de nísperos y su presencia es solo ornamental. En Zaragoza hay hermosos ejemplares de níspero, como en la calle Rioja, donde está tomada la fotografía. Florecer en pleno invierno es bastante inusual en los frutales, pero eso el valor ornamental de la planta es enorme. Si se consigue un lugar protegido del viento más frío y se cuida de que no sufra mucho con las heladas, el jardinero aragonés disfrutará con la vitalidad de esta planta. Hay que tener cuidado de mantener a raya el exceso de cal del suelo o el arbusto presentará síntomas de clorosis. También conviene plantarlo en suelo aireado o sus raíces correrán riesgo de asfixia.