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En marzo, las avispas reina buscan hogar para el invierno

Justo antes de la primavera, la avispa despierta del letargo y comienza la preparación del nuevo nido. La actividad bulle, se repite la polinización de plantas y vuelve el milagro de la vida.

avispa
Una avispa en una flor
Lylvic

Las plantas duermen en invierno, pero también son refugio para insectos y animales que buscan su corteza o ramas para protegerse del frío. Un ejemplo son las avispas. Durante el verano, los avisperos han crecido de tamaño de modo que pueden albergar hasta mil individuos. Gracias al néctar de las plantas y sustancias azucaradas de la fruta, las obreras han obtenido alimento y han trabajo duramente hasta crear un pequeño cosmos regido por la avispa reina. Pero la vida no es justa y, con la llegada del invierno, sólo las "gobernantas" sobrevivirán, mientras que el resto de ocupantes estériles perecerán sin remedio.

En otoño, las hembras fecundadas abandonan el nido y vuelan en busca de un refugio, que encontrarán en agujeros de troncos de árboles o bajo ramas caídas. Allí, dormirá en un estado de hibernación que durará hasta la primavera. No es extraño que alguna avispa reina se acerque a una colmena de abejas melíferas, con el fin de aprovecharse de sus reservas. Pero es un error mayúsculo y siempre termina con la muerte de la avispa causada por el enjambre.

En marzo o abril, la avispa despierta del letargo y comienza la preparación del nuevo nido. Ella misma crea las celdas con madera masticada, donde depositará los huevos, que al cabo de un mes serán nuevas avispas que podrán reproducirse con la reina y crear obreros. La actividad despierta, se repite la polinización de plantas y vuelve el milagro de la vida.

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