Goya con Sagasta, de cruce a encrucijada

Antes era un cruce que pasaba desapercibido, pero desde que en marzo se modificó su señalización se ha convertido en un punto negro del casco urbano. Una veintena de accidentes en la intersección de Goya con Sagasta evidencian que algo está fallando

Casi un accidente por semana. Todos los semáforos que se ven en la imagen antes se abrían y cerraban a la vez.
Goya con Sagasta, de cruce a encrucijada
Guillermo Mestre

Cómo crear un problema donde antes no lo había. Así glosan muchos vecinos de Sagasta lo que sucede en el cruce con la avenida de Goya desde que se implantó la continuidad peatonal y ciclista por el bulevar del paseo. Fue el pasado 27 de marzo cuando se modificó la intersección, lo que obligó a cambiar los ciclos semafóricos y muchas rutinas de conducción. "Desde entonces salimos a un accidente por semana", lamentan los vecinos. El último siniestro se produjo el martes (con un aparatoso choque entre un turismo y un taxi, a cuyo conductor hubo que excarcelar), si bien en octubre se registraron, al menos, otras dos colisiones de consideración, otros tantos percances en septiembre, y en los últimos siete meses se alcanza la veintena de accidentes.


Al principio se pensó que el problema estaba en la descoordinación de los semáforos pero el Ayuntamiento reitera que desde el primer momento la regulación semafórica es la correcta. "El servicio de Movilidad estudia previamente y con detalle cualquier cambio antes de ponerlo en marcha para garantizar la seguridad y la fluidez en cada intersección", explican.


¿Cuál es entonces el problema? Pues que hasta hace siete meses todos los semáforos se abrían y cerraban a la vez y, ahora, hay flechas dentro de los discos luminosos que indican distintas trayectorias. Algunos conductores, en cuanto atisban la luz verde, emprenden la marcha sin darse cuenta de que se ha abierto un carril que no es el suyo. El ejemplo más claro está en el giro desde Fleta hacia Sagasta. Antes, todos los carriles se ponían en verde al mismo tiempo. Ahora, se abre previamente el paso en el giro a la derecha (Fleta-Sagasta) y, veinte segundos después, se pone verde para continuar recto (Fleta-Goya).


La mayoría de los accidentes se han producido porque los coches del carril central han comenzado a moverse al detectar que avanzaban los coches situados a su derecha, los que giran a Sagasta. Así, sin darse cuenta, han arrancado con el semáforo en rojo y han invadido la intersección mientras había bicis cruzando por el bulevar o coches circulando de Sagasta hacia Torrero.


Los expertos en movilidad no se explican por qué en otros cruces semejantes en la ciudad (véase los que confluyen en la avenida de Cataluña y Marqués de la Cadena, o el de San Juan de la Peña con Valle de Broto) no resultan tan conflictivos ni precisan de los semáforos ‘redundantes’ que Servicios Públicos ha puesto a la altura del bulevar de Sagasta.


Unos dicen que los setos del paseo a veces pueden reducir la visibilidad, otros son partidarios de recuperar la isleta en el centro del cruce y los menos creen que en los espacios tan amplios las distracciones e imprudencias se multiplican. Sea como fuere, y aunque ya se ha debatido la seguridad del cruce en comisiones de Servicios Públicos y en foros como el Observatorio de la Bicicleta, este asunto volverá a estar sobre la mesa en próximas citas municipales. Ayer el PP exigió que se revise la señalización en el cruce y el concejal Sebastián Contín lamentó que, aunque su grupo pidió informes en abril, la concejal Carmen Dueso ha ignorado sus demandas "como también hizo con las advertencias de la junta de distrito Centro cuando se planificaron las obras en el cruce". También CHA solicita un estudio en profundidad que determine las causas de la siniestralidad en este punto porque "es evidente que la señalización actual no es suficiente dado que los accidentes han convertido el cruce en una zona muy conflictiva e insegura en el tráfico zaragozano", en palabras de la concejal Leticia Crespo.