El último viaje desde Afganistán

Una quincena de miembros de la EADA y del Ala 31 llegaron ayer a la base de Zaragoza en un Hércules desde Herat (Afganistán). Era el repliegue del destacamento Mizar después de pasar doce años en el país asiático

Miembros del Ala 31 y de la EADA, del destacamento Mizar, ayer ante el Hércules de Afganistán.
Miembros del Ala 31 y de la EADA, del destacamento Mizar, ayer ante el Hércules de Afganistán

El Hércules C-130 llegó ayer al mediodía a la base de Zaragoza con 16 miembros del Ala 31 y de la EADA (Escuadrón de Apoyo al Despliegue Aéreo) que hicieron el último viaje desde Afganistán, después de doce años desplegados en el país asiático. "La evolución ha sido sorprendente", señaló el comandante Óscar Ruiz González, el último jefe del destacamento Mizar. "Llegamos a un país en medio de Asia y, al principio, reinaba la incertidumbre porque no conocíamos el terreno ni los aeropuertos. Ahora somos unos expertos, después de doce años, tras estar en el teatro de operaciones", agregó.


Han pasado de ver aeropuertos "totalmente destrozados", cuando llegaron en 2002, a un país complicado en el que "la situación va normalizándose". El comandante Ruiz calificó la misión de Afganistán como "muy intensa, en condiciones climatológicas muy severas en las que el terreno no acompaña". Los miembros del destacamento no ocultaron ayer su "emoción" al reencontrase con sus familias y compañeros.


El coronel José Antonio Ezpeleta, jefe del Ala 31, recordó ese principio de la misión cuando llegó en febrero de 2002 el Hércules con la Unidad Médica Aérea de Apoyo a un "casi destruido aeropuerto de Bagram", en apoyo a la Operación Libertad Duradera. "Se alcanzaban temperaturas de menos veinte grados centígrados, se dormía en catres, con tormentas de nieve o de arena, con montañas de más de 7.000 metros, sin ningún tipo de infraestructura de control de tráfico aéreo, con pistas de aterrizaje estrechas, cortas y en obras, sin ayudas a la navegación y con el ‘ver y evitar’ como principal regla de vuelo", describió ayer el coronel Ezpeleta en su discurso en un hangar de la Base.


El general del Aire y Jefe de Estado Mayor Francisco, Javier García Arnáiz, resaltó ayer "el impresionante bagaje de misiones realizadas por el destacamento Mízar". Más de 6.200 salidas, 14.110 horas de vuelo, 113 pasajeros y más de 13 millones de toneladas transportadas en los doce años transcurridos. Primero fue el destacamento Géminis en la base de Manás (Kirguizistán), que en 2004 se convirtió en Mizar en el misma lugar, hasta trasladarse en 2009 a Herat (Afganistán) dentro del teatro de operaciones.


El general García Arnáiz y el coronel Ezpeleta señalaron que el despliegue de Afganistán es el paradigma del Ejército del Aire, cuyos destacamentos coincidieron al principio en la base de Aviano (donde se vigilaba y se atacó a la ex Yugoslavia) y ahora, con tropas en Yibuti, Gabón y Senegal, en África.


Ambos recordaron los "momentos difíciles" vividos en estos años, "ante la pérdida de compañeros tan lejos de la casa", especialmente con los 21 de los 62 militares fallecidos en el accidente del Yak, ocurrido el 26 de mayo de 2003, que procedían de la EADA (9 soldados) y el Ala 31 (12 integrantes). Los miembros del destacamento Mizar consideran que su tarea ha servido para que se normalizara "poco a poco" en un "país complicado", en el que se acostumbran con las instituciones democráticas. "Acaban de ser las elecciones para sustituir al anterior presidente y no ha habido problemas. Es una situación estable, algo inestable. Ha quedado mejor que estaba al principio", señaló el comandante Óscar Ruiz.