Tres plantas de un edificio del Actur, afectadas por una grieta de 14 cm

Tras intervenir de urgencia los Bomberos, no hubo que desalojar a ningún vecino, pero hoy será necesario tirar la pared y asegurarla

Los bomberos evalúan los daños del 6º A, donde la grieta supera los 14 centímetros de grosor.
Los bomberos evalúan los daños del 6º A, donde la grieta supera los 14 centímetros de grosor

Una grieta de 14 centímetros de grosor, localizada en la fachada del portal 1 del Edificio Sarakusta (en el número 21 de la avenida de María Zambrano) obligó ayer a los Bomberos a acordonar parte del inmueble y a retirar los vehículos aparcados en los alrededores. No hubo que desalojar a ningún vecino, pero los dueños de los pisos afectados (4º A, 5º A y 6º A) deberán permanecer alejados de la fachada hasta nueva orden. La pared de ladrillo se abombó –previsiblemente a causa del fuerte viento– y se separó del tabique, según los allí presentes, a causa de un fallo de construcción. Será necesario demolerla, asegurarla y volver a construirla desde cero. Los trabajos comenzarán hoy a las 8.00.


María Pilar Redondo, propietaria del 6º A, fue quien dio el aviso entre las 17.30 y las 18.00. Estaba limpiando la terraza y al correr el cristal, vio la abertura. "Me temblaban pies y manos, no podía creer lo que estaba viendo", reconoce. Ayer tuvo que dormir en el sofá, dado que el dormitorio principal se sustenta sobre la fachada afectada, y hoy –día en que comenzarán los trabajos de restauración– no podrá ir al trabajo. "No sé cuántos días les llevará, pero vamos a denunciar a la constructora. Podría haber sido un desastre", opina.


La grieta se extiende desde la primera hasta la undécima planta, aunque allí, su tamaño apenas supera los tres centímetros. Redondo notaba desde hace un año que entraba aire por los enchufes, pero jamás imaginó que pasaría algo semejante. "Ha sido cosa de 24 horas, el lunes no estaba así", reconoce. Lo primero que hizo al verla fue llamar al conserje que, a su vez, dio aviso al aparejador y al arquitecto. Los Bomberos llegaron a las 18.50 con un autotanque y un vehículo de mando. Tras establecer un perímetro de seguridad, subieron a las plantas afectas para hacer una valoración de los daños.


La superficie afectada, de 8,55 metros de alto y 9,75 de ancho, podía caerse en cualquier momento. De hecho, no se descartaba que sucediese por la noche. Los vecinos del 5ºA tuvieron que retirar todos los objetos de valor que tenían en la terraza, aunque tampoco fue necesario evacuarlos. El mayor temor de los Bomberos, no obstante, era que los escombros rebotasen y cayesen encima de algún coche o golpeasen a algún peatón.


Vecinos y curiosos se reunieron junto al garaje, que delimitaba la zona acordonada, para enterarse de lo sucedido y preguntar si podrían pasar la noche en casa. Allí, la indignación era la emoción predominante, dado que muchos sufren problemas parecidos en el interior de sus casas desde que entraron a vivir. Los Bomberos recomendaron asegurar la fachada contigua, que presenta fisuras similares, con pletinas de forja.