Zaragoza

El Conservatorio Elemental de Música sigue siendo totalmente inaccesible

El edificio de Correos o la cafetería del hospital Miguel Servet también presentan obstáculos infranqueables para las personas en sillas de ruedas.

Edificio de Correos en el paseo de la Independencia
Barreras arquitectónicas en Zaragoza_3
P.P.

Cada jueves, el Conservatorio Municipal Elemental de Música recibe la visita de un colegio diferente. Profesores y alumnos se encuentran muy a menudo, tal como reconoce la secretaria del propio centro, con el mismo problema: es absolutamente imposible acceder al edificio en silla de ruedas.


Nada más atravesar la puerta, unas pronunciadas escaleras de dos pisos se imponen en el estrecho hall. Es imprescindible subirlas para acceder a la recepción, la secretaría y a todas las aulas de la institución.


"Este mismo jueves una profesora tuvo que subir en brazos a una alumna suya", relata Vanesa García, la secretaria del centro.


Tal como confirma el director de primaria del Colegio Romareda, una alumna tuvo que acudir a la excursión en silla de ruedas debido a problemas de salud. El Conservatorio ya había avisado de que el edificio no cumplía con los requisitos de accesibilidad, pero la profesora no se esperaba encontrar unas estrechas escaleras de dos plantas.


García asegura que es una situación recurrente y remarca la voluntad del centro por cambiar las cosas: "Siempre hemos reclamado una entrada más accesible, incluso hay un estudio de barreras arquitectónicas para hacer un ascensor exterior, pero la obra nunca llega", lamenta la secretaria tras reconocer que los alumnos con minusvalía tienen que acudir a las clases acompañados por sus padres para que les ayuden a llegar hasta las aulas. En ocasiones, y cuando las visitas didácticas las realizan colegios de Educación especial, hay que abandonar las sillas en la entrada y subir a los chavales en brazos uno a uno.


En la Escuela Municipal de Música y Danza, ubicada también en la calle Domingo Miral, las sillas pueden acceder a la planta calle pero no hay ascensor para llegar a las plantas superiores. "Hace años que el Ayuntamiento se comprometió a adaptar todos los centros pero seguimos igual -relata Fernando Gabarrús, director del centro- Si yo pido un ascensor y no me lo ponen qué voy a hacer".


Los alumnos de la escuela municipal, sin embargo, tienen las cosas más fáciles porque los responsables se organizaron para impartir una clase de cada especialidad en una zona de la planta baja "para que nadie pueda sentirse excluido", según explica Gabarrús. Aún así, los baños no están adaptados y el de chicos es demasiado estrecho como para poder entrar con una silla de ruedas: "Tendrían que pasarse al centro cívico -el edificio de al lado- que sí está adaptado", puntualiza el director.


La fundación de Discapacitados Físicos de Aragón (DFA) colabora desde hace tiempo en la web del Ayuntamiento para señalar los edificios inaccesibles para minusválidos. El edificio de Correos del paseo de la Independencia (con dos escalones y doble puerta manual), la cafetería del Hospital Miguel Servet o, allí mismo también, la entrada al edificio de Traumatología, son algunos de los puntos más conflictivos.



Transporte y pasos de peatones

Pilar Moreno, subdirectora del área social de DFA, reconoce los esfuerzos del Ayuntamiento por convertir Zaragoza en una ciudad más accesible y Ana Salas, coordinadora de actividades, asegura que la situación actual es mucho mejor que hace 4 o 5 años. Ambas coinciden, sin embargo, en que todavía hay edificios inaccesibles y en que el transporte es muy deficitario en ese sentido: "El tranvía es estupendo, pero solo si coincide que pasa cerca de tu casa. La mayor parte de los autobuses dicen tener la rampa estropeada", lamenta Salas.


Un reciente estudio realizado por DFA analiza todos los pasos de peatones de todas las juntas de distrito de la ciudad. Los resultados arrojan que de 5.750 pasos de peatones, 1.292 son todavía nulos en cuestión de accesibilidad y 520 practicables (accesibles pero con desnivel o rampas muy empinadas). "El estudio pretende que si en algún momento hay que hacer una obra en la vía pública se tenga en cuenta esa información y se mejore en caso de que haya un paso nulo. El Centro y el Casco Histórico están muy bien porque se han ido haciendo obras, pero el resto no tanto", explica Moreno.


Valdefierro, con 152 pasos de peatones nulos de 317 es la zona que peor porcentaje refleja en el estudio de DFA.