Los vecinos del Arrabal piden un mayor cuidado del Ebro

La prueba piloto de retirada de algas en el río Ebro –que concluye este viernes-, para evitar afecciones como la proliferación de la mosca negra, “no es suficiente” para los vecinos del Arrabal. “Si bien es cierto que es muy necesaria esta limpieza y como tal la consideramos muy positiva, también creemos que esta experiencia no debería quedarse en algo puntual. El Ebro necesita un cuidado y un mantenimiento regular del que actualmente carece”, comenta Rafael Tejedor, presidente de la Asociación de Vecinos Tío Jorge Arrabal.

“Una prueba de cómo se encuentran los alrededores del río en el distrito es el parque de Macanaz. Se hizo una reforma en 2007 y entonces ya quedó totalmente deforestado, sin árboles ni sombras. Además, la maleza se acumula en las orillas, lo que atrae a numerosos insectos y hace impracticable el paseo por la zona. Ni siquiera se puede acceder al espacio destinado a la pesca entre el puente de Hierro y el de La Unión”, apunta Tejedor. “El mayor problema es que, en su momento, se invirtió mucho en adecuar las riberas, pero se olvidaron del río y ahora nos está pasando factura”, asegura el presidente de la agrupación vecinal.

Un problema al que la entidad intentará poner solución a partir del próximo mes de septiembre, solicitando una reunión conjunta con el Ayuntamiento de Zaragoza y la Confederación Hidrográfica del Ebro. “Independientemente de a qué administración competa el cuidado y mantenimiento del río, creemos que es necesario buscar soluciones conjuntas para evitar problemas futuros como posibles inundaciones”, comenta Tejedor.

Y es que, el cauce del río a su paso por el Arrabal, ha pasado de tener una profundidad de 1,50 metros a “escasos 40 centímetros”, apuntan desde la asociación de vecinos. “La lluvias que se produjeron en 2008 supusieron que el riesgo de inundaciones en el barrio, en el caso de que vuelva a darse una gota fría, se multiplique. Para evitarlo es necesario dragar el río”, asegura el presidente de Tío Jorge Arrabal.

Una opinión compartida por los vecinos del barrio y por quienes, habitualmente, transitan por la zona. “Lo peor es el olor. Con este calor y toda la porquería que se acumula en la superficie del río es mejor no acercarse a las riberas”, comenta Ángela Gil, que vive en El Arrabal. “No sé si las terrazas tendrán muchos clientes, pero entre la mosca negra y lo mal cuidadas que están algunas zonas, es para pensárselo. Está todo lleno de bichos”, argumenta otra vecina del barrio. “Ya era hora de que pusieran remedio al problema de las algas. Este año el río está invadido. A ver si toman nota los responsables y hacen estas limpiezas más a menudo”, dice el zaragozano Nacho Gómez.