La piscina municipal del barrio zaragozano de Miralbueno no cuenta este año con el socorrista de refuerzo que disponía el pasado curso por lo que dispone tan solo de una persona por turno de vigilancia. 

Aunque la normativa estipula la necesidad de socorristas según el ratio de usos, la piscina de Miralbueno contaba con una persona de salvamento de refuerzo en el día a día. “De cuatro ojos hemos pasado a dos”, se lamenta Javier Sanz, presidente de la Federación Aragonesa de Salvamento.

“En las piscinas municipales han pasado de ocho horas de refuerzo a siete”, explica Sanz. Y es que el horario de estos centros municipales se ha visto reducido este verano. La apertura de los centros se retrasó a las 11.00, media hora más tarde, y la apertura de las piscinas fue una semana más tarde que en temporadas anteriores. Con estas variaciones el Ayuntamiento podría ahorra unos 400.000 euros según datos del Consistorio.

En años anteriores el Ayuntamiento ya había eliminado estos turnos en otras piscinas como la del Oliver y Monzalbarba. Desde el consistorio aseguran que la seguridad está garantizada y que se ha estudiado la ratio y los usos de la piscina para tomar esta decisión.

Gran oferta y demanda de socorristas

“Nos siguen reclamando muchos socorristas a la federación”, explica Sanz. Y es a pesar de la crisis este personal de salvamento sigue siendo demandado por muchos complejos deportivos.

“Nos llegan peticiones de las playas en busca de socorristas”, prosigue el presidente. El socorrismo es una alternativa de trabajo para muchos jóvenes que concluyen sus estudios y se quieren sacar un dinero. “El coste del curso los compensan en menos de un mes y es una buena fuente de ingresos para los jóvenes”, concluye Sanz.