ZARAGOZA

La sangre de cordón umbilical donada en Aragón se ha usado ya para ocho trasplantes

Donar es generosidad. Y así lo han demostrado las madres aragonesas. La sangre de cordón umbilical recogida en las maternidades de los hospitales Miguel Servet y Lozano Blesa de Zaragoza se ha usado ya para ocho trasplantes -más de la mitad de fuera de España-. Además, hay reservadas otras 11 unidades para usarlas en el tratamiento de enfermedades (buena parte son leucemias). Así, el programa Concordia, del que forma parte Aragón, se encuentra a la cabeza a nivel europeo en trasplantes de sangre de cordón umbilical.

El Gobierno de Aragón puso en marcha su programa de donación de sangre de cordón umbilical en mayo de 2006. Dos años después, decidió unirse al programa Concordia, al que también pertenecen Cataluña, Baleares, Navarra, Extremadura y Cantabria. Un proyecto interautonómico de colaboración para mejorar la eficacia de los programas autonómicos individuales. De esta manera, todos almacenan las unidades en el banco placentario de Barcelona. Ya hay guardadas cerca de 30.000, más de 1.200 son aragonesas.

El trasplante de sangre de cordón umbilical está indicado para el tratamiento de enfermedades malignas como leucemias y síndromes mieloproliferativos, así como en casos de aplasia medular, inmunodeficiencias, talasemia y anemia drepanocítica, entre otras.

Precisamente, según explicó el coordinador autonómico de trasplantes, José Ignacio Sánchez Miret, hasta finales de los años 80 los trasplantes de médula ósea solo eran posible con una punción de la médula del donante. Sin embargo, a partir de 1988 se demostró que las células madre procedentes del cordón umbilical ayudaban a regenerar la médula ósea y a tratar diversas enfermedades. Además, la rapidez también es un punto a su favor. Encontrar un donante de médula ósea compatible puede costar entre dos y tres meses, mientras que una unidad de sangre de cordón adecuada se puede localizar en menos de 15 días.

Algunas embarazadas

No obstante, para que el tratamiento sea efectivo, solo se recoge la sangre de mayor calidad. "Nos preocupamos en buscar sangre de calidad y diferente, no nos interesa la cantidad sino la calidad", hizo hincapié Sánchez Miret. Por ello, solo entre un 6% y un 10% de las embarazadas tienen las condiciones óptimas para donar. De hecho, a las mujeres se les exige una serie de requisitos físicos y de salud para poder participar en el programa.

Durante la gestación del niño, será el médico el que informará a la madre de este proceso, que no le acarrea ningún gasto y tan solo una pequeñas molestias (unos análisis). Si finalmente acepta las condiciones, las maternidades del Miguel Servet o del Lozano Blesa serán las encargadas de recoger su donación durante el parto.

La sangre se traslada al banco de Barcelona en menos de 48 horas, donde se hacen una serie de análisis y controles para asegurar su calidad. Aproximadamente, un 65% de las que se recogen son válidas y se guardan a -196 grados (el procedimiento se explica paso a paso a través de las imágenes).

Transcurridos seis meses después del nacimiento, se hace un pequeña comprobación sobre el estado de la madre y del pequeño, por si hubiera sufrido alguna problema en estas primeras semanas de vida. Si todo es correcto, la sangre se almacena definitivamente para su futuro uso (con controles posteriores sobre su calidad).

Aragón ha superado las expectativas iniciales. En un principio, su intención era recoger 150 unidades al año, pero se han superado las 300. De momento, solo el Miguel Servet y el Lozano Blesa pueden hacerse cargo de este procedimiento, ya que solo los centros que atienden unos 1.500 nacimientos al año pueden encargarse de él. Por ello, ni el San Jorge de Huesca ni el Obispo Polanco de Teruel forman parte del programa Concordia. Cuando una madre que vive fuera de Zaragoza decide donar se intenta que el parto sea en la capital aragonesa o bien se envía un profesional al alumbramiento.