ZARAGOZA

La Policía todavía no tiene claro el móvil del crimen de La Magdalena

Homicidios barajó al principio un trasfondo sexual, pero esta hipótesis ha perdido fuerza

ZARAGOZA. El móvil del crimen de La Magdalena, del que fue víctima el cocinero retirado y querido vecino del barrio Luis Bernal, sigue siendo un verdadero misterio. Han pasado tres días desde que los amigos encontraron su cuerpo sin vida en el dormitorio de su vivienda, en el número 3 de la calle Cortesías de Zaragoza. Sin embargo, el grupo de Homicidios de la Policía Nacional todavía no tiene una pista clara que permita encauzar las investigaciones.

 

Las circunstancias en que fue hallado el cadáver, atado a la cama, hicieron pensar en un principio que la muerte podía tener un trasfondo sexual, pero parece que esta hipótesis ha ido perdiendo fuerza. Cuando llegaron los amigos del fallecido, la puerta del piso estaba abierta, y en el interior no apreciaron nada extraño. Durante la primera inspección ocular, la Policía Científica tampoco encontró pruebas que hicieran pensar en un posible robo, ya que no había nada revuelto, algo habitual en estos casos. De cualquier forma, nada se puede descartar todavía.

Los investigadores centran ahora su trabajo en la reconstrucción de las últimas horas con vida de Luis Bernal, para saber dónde y con quién estuvo. En el bar Al Socaire, ubicado en la calle Mayor, a escasos 30 metros de su casa, aseguran que lo vieron salir del establecimiento entre las 23.00 y 23.30 del sábado. A partir de entonces, nada se supo ya de él.

 

Los amigos lo echaron en falta en el rastro, al que solía acudir cada domingo, por lo que pasaron por su casa a última hora de la tarde, y fue cuando lo encontraron muerto.

Marcas de estrangulamiento

Lo que sí parece claro es que la víctima recibió una gran paliza, aunque en la cama no se halló mucha sangre. Los signos externos eran evidentes, ya que los golpes que presentaba en el rostro llegaron a complicar al principio su identificación. Según ha sabido este periódico, también se han apreciado marcas de estrangulamiento en el cuello y su tráquea estaba dañada. De hecho, ya se avanzó que la causa de la muerte podía ser la asfixia.

 

Además de golpes y magulladuras, el cuerpo del fallecido también tenía alguna costilla rota, lo que confirmaría que quien o quienes le quitaron la vida se emplearon con gran violencia.