fiestas del pilar

La vigilia más esperada del año

Esta espera no desespera. 365 días esperando que llegue el día, y el rato que haga falta para incorporarse a la Ofrenda

Último cafecito antes de incorporarse a la Ofrenda de la Virgen del Pilar.
Último cafecito antes de incorporarse a la Ofrenda de la Virgen del Pilar.
Álvaro Sánchez

Trescientos sesenta y cinco días de vigilia esperando este día, el día de la Ofrenda a la Virgen que más altares tiene. Aunque el cariño resulte inmensurable, sí se pueden mensurar algunos datos concretos. Por ejemplo, los 890 grupos que depositarán más de ocho millones de flores y después abrazarán a la madre de los españoles... tras su correspondiente espera. Espera de 365 días. Y de algunas horas en este día del Pilar. Horas de charlas, de tragos, del último pitillo, del último café, del último beso antes de caminar hasta los pies de la Virgen.

La vigilia más deseada del año obedece esencialmente a la masificación de un acto sin parangón en España, como es la multitudinaria devoción a la Virgen del Pilar. Resulta imprescindible ordenar en el tiempo, en las 15 horas que puede durar este desfile de amor de más de 350.000 personas, hasta que los oferentes del voluntariado clausuren esta retahíla de pasión. Lógicamente, hay que distribuir todo este caudal humano. Igualmente lógicas son las esperas, atenuadas por la organización. Ese tiempo, el de la espera antes de iniciar el recorrido, es propicio para la última llamada, para un tentempié, para una cervecita antes de iniciar la marcha más esperada... aunque haya que esperar.

Uno se pone a repasar por orden alfabético de los grupos hasta la última letra, hasta llegar al Zuera Futsal, el equipo de fútbol sala zufariense, y no para de detenerse en agrupaciones, en colectivos de lo más dispar desde la misma Zaragoza hasta los arrabales del mapamundi. Cómo no mirar con ternura a los chavales de Atades (Asociación Tutelar Aragonesa de Discapacidad Intelectual), con el madrugón a sus espaldas para partir a las 7.00, hora a la que iniciarán su caminar con sus ramicos de flores desde el acceso 5. Qué decir de Afedaz (Asociación de Familiares de Enfermos de Alzhéimer de Zaragoza). Extinguida la memoria, cuando las escasas neuronas solo remiten a lo esencial, a lo primero aprendido y asimilado, a lo más querido. Y ahí aparece la Virgen. Partirán a las 7.47 desde el acceso 1 en un itinerario que desde luego no olvidarán jamás. Un minuto después, la Asociación de Víctimas del Terrorismo. Frente a los que les pisotearon con la misma neutralidad escalofriante con que se pisan las hojas en el otoño, sus flores llenas de esperanza desde las 7.48 en el acceso 2. Uno escruta la nómina de grupos y no se resiste a esbozar una tierna sonrisa cuando topa con los más madrugadores del acceso 4, los parroquianos de Santa Cruz de Grío, allí donde mis ojos vieron por primera vez la luz. Este año saldrán de madrugada (7.00) y clausurarán la Ofrenda a las 20.26. Mira que cunden mis paisanos con apenas 94 habitantes censados en las faldas de la Sierra de Vicort, a la orilla del río Grio...

También tienen su aquel los Danzantes de Remolinos. Pueblo de la sal y del salero, que parece los mismo pero no es igual. Una cosa es el cloruro de sodio o sódico (NaCl), abundante en el municipio por sus minas, y otra la casta (bien entendida, sin sesgo político, me refiero), la raza, el salero, en suma, de los remolineros. Qué mejor exponente que sus danzantes, 30 verdaderos artistas todos ellos nacidos junto al Ebro. Imperdible este grupo, igual que David Giménez, uno de sus más ilustres moradores: gestor de recursos humanos, artista poliédrico, agitador cultural y Robinsón de la Ribera. Hay datos del grupo desde 1854. La memoria de Alberto Moros remite a antes de 1981, cuando él se dirigió por la calle de Alfonso I rumbo al Pilar por primera vez. "Me cuesta designar mi puesto porque no le doy importancia a mi cargo. Ponga que soy el mayoral", se arrancó Moros, guía del prestigioso hierro de Remolinos. Ciertamente, todos estamos esperando a que llegue este día. Igual nosotros que los familiares que nos acompañarán en la Ofrenda. La espera es de 365 días. En este tiempo, ensayamos en el pabellón de fiestas del pueblo y actuamos en Remolinos y en los pueblos cercanos. Además, la presencia en Zaragoza el día 12 de octubre es obligada. Sin lugar a dudas, el grupo es una seña de identidad de Remolinos", aclaró Alberto Moros.

Este año, su partida está fijada a las 16.02 por el acceso 4. Moros prevé un desarrollo semejante a otros años. "Nunca sabes bien el rato que vas a estar esperando. Depende del desarrollo de la Ofrenda, de si hay algún problema con el tiempo (meteorológico). El año pasado salimos desde el acceso 2, en la calle de Ponzano, detrás de capitanía. Hubo años en lo que hubo que madrugar más, y salir a primera hora de la mañana con la aurora. Haga buen o mal tiempo, es un día muy importante para nosotros. Con 54 años, soy el más veterano del grupo. Comencé con 11 años. Quiero decir con todo esto que la espera se hace siempre llevadera por muy larga que sea. Unos fuman, otros se toman un trago esperando la partida. Desde luego, nunca hay aburrimiento, pues siempre tenemos ganas de danzar, igual con los palos que con los pañuelos... Pero siempre, por encima de todo, el deseo de llegar hasta la Virgen es lo primero", aclaró sin dudar Alberto Moros.

Su condición de danzantes les permite amenizar la espera de otros grupos de oferentes y de la multitud que sigue el desarrollo del acto por las principales arterias anejas al corazón de la plaza del Pilar. "Hacemos pasacalles, bailamos un ‘paloteao’. Si hay parones, también solemos danzar. Nos solemos juntar con los danzantes de Boquiñeni, Pradilla... También, con los de Tauste, Gallur, Luceni... Hay mucha afición en la ribera del Ebro. Iremos, como siempre, vestidos de joteros, pero sin el chaleco", concluyó Moros.

Entre los 30 danzantes de Remolinos, se encuentran cuatro mujeres: Martina, Julia, Sara y Paula. Ellas también se reunirán hoy a las tres menos cuarto de la tarde (14.45) en la parada del autobús de Remolinos para partir Ebro abajo hasta Zaragoza. "Tengo 14 años y llevo cinco años en el grupo", explicó Paula. "Estudio Tercero de ESO en Alagón, pero soy de Remolinos y quiero mucho a Remolinos. Llevo todo el año esperando que llegue este día. Si le digo la verdad, tengo hasta unos pocos nervios. Voy a la Ofrenda con mis padres (Vanessa y Luis). A ellos también les hace mucha ilusión. Esperamos todos a que se haga la hora. A veces se hace larga la espera. A veces hablamos, otras veces bailamos. Es un momento muy especial para todos. Lo vivimos con mucha intensidad", confesó la joven danzante.

Paula resume sintéticamente todo el sentimiento que reúne la actuación de los danzantes. "En Remolinos, danzamos para las fiestas de junio (San Antonio) y de septiembre (Santo Cristo de la Cueva). Allí todo es más sencillo. También acudimos a encuentros con danzantes en Gallur, Tauste, Luceni o Pradilla. Acudimos porque nos gusta, porque sentimos el dance. Yo, por ejemplo, no bailo jota, pero sí bailo ‘paloteao’ y el dance del pañuelo", indicó Paula sobre esta seña de identidad del municipio de Remolinos.

Para Javier Medrano, de 25 años, también constituye un día muy especial el 12 de octubre. "Es un orgullo enorme para todos danzar delante de tu pueblo o ir a Zaragoza hasta la Virgen del Pilar. Yo llevo en el grupo desde que era pequeño, cuando me llevó mi madre. Para todos representa un acontecimiento este día y este acto. También para nuestros familiares, que bajan a vernos desde el pueblo", explicó Javier en cuanto al significado del dance durante la Ofrenda la Virgen del Pilar.

La espera nunca es dura para Javier. No hay aburrimiento posible cuando de un danzante se trata. "Nuestro grupo, en cierto modo, es diferente a otros. Aquí puedes danzar, es decir, no te quedas parado esperando. Este año, además salimos a primera hora de la tarde. Pienso que todo será muy llevadero. Salimos inmediatamente después de comer y llegamos a Zaragoza. Allí puedes tomarte una cerveza o simplemente esperar bailando. En otros años hemos hecho pasacalles. En el escenario del Pilar, también, la danza de los pañuelos", detalló Javier, que profesionalmente trabaja en una empresa de automoción.

El recorrido masificado también puede representar un aliciente. "Durante el año, solemos actuar dos veces en Remolinos, además de por los pueblos cercanos. El día del Pilar es muy significativo para todos. Yo ya llevo 15 años bajando a la Ofrenda, y seguiré haciéndolo mientras pueda", concluyó Javier.

Su historia, la historia de los danzantes de Remolinos, casa con la todos los grupos, también los musicales, que hoy peregrinarán rumbo al Pilar. Sus actuaciones durante el año no se asemejan a las de hoy. Hoy, el 12 de octubre, representa una fecha subrayada en su calendario. El mejor traje, los calcos bien limpios, todo mejor que nunca para el día más importante, para el día del Pilar. Igual para los chavales encantadores de Atades, para los que la memoria ya solo les remite a lo esencial y ahí aparece la Virgen, para los que tanto sufrieron con el terrorismo, para la gente del río Grío que tanto cunde, para los danzantes de Remolinos, o para los 890 grupos que constituyen una muestra de cariño sin parangón a la madre de los españoles.

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