Cuatro dobletes, una despedida y la ilusión de Jorge Isiegas

La alternativa del torero aragonés es uno de los grandes alicientes de la Feria del Pilar que hoy arranca.

Jorge Isiegas
Jorge Isiegas esta tarde en Zaragoza
Raquel Labodía

Vuelven a abrirse las puertas del más que bicentenario coso de Pignatelli para acoger el último gran puerto de la temporada taurina española. Desde hoy y hasta la tarde del domingo 13 de octubre, la plaza de toros de La Misericordia celebrará la feria más torerista de la última década. La del divorcio con el abonado exigente y la de la comunión con el aficionado puntual. 

Nueve días de pasión taurina en los que, de los catorce matadores de toros, cuatro son los que soportan el peso del Pilar. José María Manzanares, Cayetano Rivera, Enrique Ponce y Julián López ‘el Juli’ harán dos paseíllos en el amarillento albero misericorde, asegurando grandes entradas y quién sabe si colgando el ansiado cartel de «no hay billetes».

Seguro que a ello ayudará, a pesar de su discreta temporada, la presencia de Morante de La Puebla, que vuelve a Zaragoza tras dos años de ausencia. Álvaro Lorenzo tendrá que pelear duro para volver a ser el triunfador de la feria, mientras que Manuel Jesús ‘el Cid’ dirá adiós a los ruedos españoles en un cartel con más pena que gloria. Alberto López Simón y David Fandila ‘el Fandi’ serán los afortunados de compartir terna con una de las mejores manos izquierdas que ha dado el toreo en los últimos tiempos. 

Lejos de las figuras y corridas a modo, estará el aragonés Alberto Álvarez, que hará el paseíllo con Manuel Escribano y Daniel Luque para estoquear un fuerte encierro de Adolfo Martín.

Una alternativa de ensueño

La ilusión del aficionado de Zaragoza se llama Jorge Isiegas y se doctorará la tarde del viernes 11 con un cartel de categoría. El nieto de Octavio matará la corrida de Núñez del Cuvillo y se convertirá en matador de toros de la mano del Juli, en presencia de José María Manzanares. Una oportunidad de lujo ganada a pulso y que, a buen seguro, no dejará escapar.

Y el que tampoco va a dejarse nada en el tintero es el novillero Miguel Cuartero, que volverá a pisar el coso de Pignatelli para verse las caras con otro encierro de lujo: el de Los Maños, que pondrá el broche a una temporada sobresaliente para la ganadería. A pesar de la falta de picante ganadero y de las notables ausencias, que Dios reparta suerte.

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