PILAR 2009

De Sara a Zahara

Sara Montiel
De Sara a Zahara
TINO GIL

Sí, aunque parezca sorprendente, viniendo uno como viene de los andurriales rockeros, confiesa su rendida admiración hacia Sarita Montiel. Bien es verdad que es una rendición tardía, de hace apenas unos años, desde cuando una noche dieron en La 2, de TVE, ‘La violetera’ y poco más tarde ‘El último cuplé’…


Aparte de una imagen y un colorido espectacular -la TDT ya estaba en marcha-, ambas películas mostraban a una mujer hermosísima y a una cantante de una sensualidad desbordante para cantar el viejo cuplé. Entendí la romería masiva, allá por los finales de los 50, que se produjo desde los pueblos a la capital para ver ‘El último cuplé’.


Sarita era un fenómeno social, y más en aquella España autárquica de peineta y cine rancio. De repente, tras regresar de Hollywood, cortó la cinta del paletismo y le metió al país un bombazo de modernidad y atrevimiento que solo Los Beatles y compañía superarían una década después. No digamos el gran cortinón que descorrió para mostrar toda su sensualidad y encanto.


Hoy, en la Multiusos, hay vestigios de aquella arcana espectacularidad, aunque ahora se llama doña Sara, que no es lo mismo que Sarita, ni representa lo mismo. Ya se sabe lo cruel que es el tiempo (y los programas del corazón) para desmitificar ídolos.


Si no desmitificar, sí reconvertir es en lo que está últimamente Jarabe de Palo. Ha cogido sus canciones más conocidas y les ha dado la vuelta, las ha reciclado, dice Pau Donés, para que suenen con un aire más bluesístico, rockero, reggae, funky... y hasta jazzero y así se oirán esta tarde ‘La flaca’, ‘Depende’, ‘Bonito’…, grabadas este año en el álbum ‘Reciclando’ en medio de una producción cálida y acicalada. Pero, oh, en el escenario, las lucen enfundados en frac… y ¡zapatillas rojas de deporte!, glamur que se dice.


Como compañeros de viaje que no de palo musical, los Jarabe llevan dos muestras de buen pop actual: Zahara, una joven ubetense afincada en Barcelona que ha debutado este año con el CD ‘La fabulosa historia de la chica que perdió el avión’, once canciones de voz dulce entre arreglos acústicos y orquestales y algún que otro arreón eléctrico, muy cuidadas, y los gallegos Cornelius _autores de un potable álbum de pop-rock titulado ‘1960’ en el que hay resuellos vocales a Sting y Police. En otra onda, diríase que bien opuesta, el flamenquito de Los Delinqüentes.