ZARAGOZA

El París y la mitad del Meliá Corona se transformarán en pisos de superlujo

La sobreoferta de plazas hoteleras y la potencial demanda de pisos exclusivos en Zaragoza son las razones que han llevado a la propiedad de los hoteles París y Meliá Corona a transformarlos en apartamentos de superlujo. Si se cumplen sus planes previstos, las llaves se entregarán a los compradores en un plazo máximo de tres años.


En el primer caso, el grupo Plaza 14 empezará a derribar el edificio de Pedro María Ric a mediados de mes para levantar otro de una cuidada factura, en el que sus futuros ocupantes podrán diseñar las 36 viviendas a su medida. Ocho de ellas incluso contarán con una piscina propia.


El histórico Corona de Aragón cerrará la mitad de sus dependencias para, conservando la fachada y los forjados, crear 60 apartamentos que gozarán de los servicios del cinco estrellas que seguirá abierto, pared con pared, con 122 de las 247 habitaciones que tiene en la actualidad.


El gerente del grupo Plaza 14, Fernando Montón, aseguró a este diario que, sin lanzar aún la fase de comercialización, ya tienen ocho pisos comprometidos con clientes, que se venderán a unos 7.000 euros el metro cuadrado. "En cualquier barrio de Zaragoza hemos vendido a 5.000 euros en pleno 'boom' de la construcción, y este edificio está en pleno centro, donde se vendía a 9.000 euros el metro cuadrado. El precio es muy competitivo porque sale por debajo del fijado en los últimos años", detalló.


Montón explicó que compraron el hotel París hace unos cuatro años y que tomaron la decisión de demolerlo ante la "saturación" de hoteles planificados con motivo de la Expo unida al excesivo coste que hubiera tenido su renovación. El arrendamiento con la cadena hotelera Hotusa expiró este año, por lo que el establecimiento cerró sus puertas el pasado 31 de octubre.


Las máquinas habrán reducido el hotel a simple solar para el mes de mayo. A partir de entonces, se excavarán cinco sótanos que darán cabida a 112 plazas de garaje y se levantará un bloque de cinco plantas. El nuevo edificio, que se llamará Excelsia, lleva el sello del despacho zaragozano Arq 21, de los arquitectos José María Ruiz de Temiño, Joaquín Lahuerta y José María Lahuerta.


Simple de formas, la fachada de mármol, vidrio y aluminio tendrá como único ornamento unas celosías móviles de madera. Sus 36 viviendas oscilarán entre los 65 y los 180 metros cuadrados útiles. Los cuatro áticos duplex y los cuatro primeros contarán con piscinas de cinco por dos metros. Montón explicó que los clientes podrán diseñarlos a su gusto, desde la distribución hasta los materiales. Entre otros acabados especiales estará el suelo radiante.


La misma filosofía rige la remodelación de la mitad del Corona en 60 apartamentos de superlujo, que tendrán en todos los casos dos dormitorios y con una superficie que rondará en la mayoría de los casos los 60 metros. Serán aún más exclusivos no solo por el precio, a 10.000 euros el metro cuadrado, sino porque sus dueños podrán disfrutar (previo pago) de todos los servicios y atenciones del hotel, según explicó el gerente del grupo Naturaleza y Espacio (Nyesa), Miguel Aína, dueño del hotel al 50% junto a la cadena Meliá.


En este caso, el cambio de uso del hotel se planificó en 2006, aunque finalmente se ha esperado al cierre de la Expo para lanzarlo. Aína incidió en que el mastodóntico tamaño del Melia Corona, con sus 22.000 metros cuadrados, no se ajusta a las actuales necesidades de mercado de Zaragoza. Con su reducción, se mejorará en versatilidad y se reducirán costes los costes de explotación.


El gerente del grupo Nyesa indicó que el piso piloto estará listo en un mes, con el que se lanzará la comercialización. Cada uno de los pisos se podrá personalizar, hasta el punto de poder incluir una cocina inteligente.


Garaje robotizado


Miguel Aína manifestó que el garaje, con las mismas plazas que apartamentos, será único en Zaragoza al estar robotizado. Los dueños no tendrán ni que aparcar, solo dejarlo en una plataforma.


Los arquitectos Manuel Castillo y Elena Vallino firman la remodelación, como yo hicieron con la reforma integral del hotel en 2000. La actuación que se acometerá ahora será mucho mayor: solo quedará la fachada y los forjados de las diez plantas en el área orientada a la calle de Ramón y Cajal (donde estará el portal) y en la mitad de la zona de César Augusto (hasta la actual recepción). Nadie apreciará la diferencia, salvo por los locales comerciales que se harán en la planta calle, bajo los pisos.


Elena Vallino especificó que su diseño será muy especial, dado que se generará un patio interior semicircular para iluminar el corredor de acceso a los pisos, con todas sus estancias con vistas a la calle. "La estructura es bastante compleja y los acabados interiores queremos sean espectaculares", concluyó.