ZARAGOZA

El hombre asesinado en La Magdalena recibió una paliza atado en la cama de su casa

El Grupo de Homicidios de la Policía Nacional sigue investigando la muerte de Luis Bernal, el vecino de la Magdalena, de 51 años, cuyo cadáver fue encontrado el pasado domingo por la noche en su domicilio con evidentes signos de violencia. Aunque en principio se barajó un posible apuñalamiento, este periódico confirmó ayer que su cuerpo no presentada heridas de arma blanca. Sí que tenía, sin embargo, numerosos golpes, concentrados sobre todo en el rostro, hasta el punto de que estaba desfigurado y sus amigos tuvieron al principio problemas para identificarle. Tampoco se descarta la asfixia como causa de la muerte.


El cadáver fue hallado en su cama, atado de pies y manos y ya en estado de rigidez, lo que revela que la víctima podría llevar varias horas muerta. De hecho, su amigos lo vieron por última vez el sábado por la noche en el barrio. Les extrañó que no acudiera al rastro, como tenía por costumbre cada domingo, y al no saber nada de él tampoco durante la tarde, decidieron acercarse a su domicilio, en el número 3 de la calle de Las Cortesías, muy cerca de la iglesia de La Magdalena.


Cuando llegaron, se encontraron roto el cristal de la puerta de entrada al edificio. Al subir a la primera planta, donde residía, hallaron la puerta abierta y los perros con los que vivía fuera. El primer amigo que entró se asustó al ver que había una persona atada a la cama y se marchó rápidamente, sin comprobar nada más. El segundo que accedió al piso se acercó a la víctima y, aunque le costó mucho, al final reconoció que la persona que estaba con el rostro desfigurado era Luis Bernal.


La Policía Científica llegó al lugar sobre las 22.00 y efectuó una primera inspección ocular de la casa. En principio, no se echó en falta ningún objeto de valor. La vivienda tampoco estaba desordenada, por lo que, aunque todavía no se descarta ningún móvil, el del robo parece situarse en un segundo plano.

 

Conmoción y duelo en el barrio


La víctima, que había sido cocinero de profesión, estaba se parada y tenía dos hijos. Los problemas de salud le llevaron a dejar el trabajo y vivía de una pensión.


Los vecinos del barrio estaban ayer conmocionados por lo ocurrido, ya que Luis Bernal era una persona muy conocida y apreciada. Era muy frecuente verlo pasear todos los días por las calles de La Magdalena con sus perros de raza chihuahua. Sus amigos se hicieron ayer cargo de ellos. También era asiduo de los bares Gallizo, Entalto y Al Socaire y de la dulcería y tienda de periódicos Quiteria Martín.


Sus conocidos montaron ayer un improvisado homenaje en su puerta, ante la que colocaron velas y se reunieron buena parte del día. El cadáver fue trasladado al Instituto de Medicina Legal, donde ayer se le practicó la autopsia. Tras conocer el informe preliminar, el juez podrá autorizar la celebración del funeral.