ZARAGOZA

Comienza el traslado masivo de cadáveres en el cementerio de Torrero

La reubicación de los restos de 2.159 personas enterradas en la manzana 24, declarada en ruinas, empieza hoy. El proceso costará 1,2 millones y se prolongará hasta el próximo junio.

La mayor operación de traslado de cadáveres en un camposanto español ha comenzado hoy a las 9.00 en el cementerio de Torrero. El operativo organizado por el Ayuntamiento de Zaragoza, que costará más de un millón de euros y en el que participarán 110 personas, entre operarios, psicólogos y forenses, tiene que afrontar un reto sin precedentes: reubicar los restos mortales de 2.159 personas enterradas en 1.190 nichos de la manzana 24, declarada en ruinas el pasado de julio tras detectarse varios hundimientos de su estructura interior.

 

"El primer día estaremos todos asustados". Así de explícito es el doctor Juan Antonio Cobo, médico forense y director del Instituto de Medicina Legal de Aragón. Por su volumen y complejidad, solo podrán participar especialistas muy experimentados. "Hemos utilizado el máximo cuidado en las garantías científicas y en el respeto a los fallecidos. Dijimos que no podía intervenir nadie novato", afirma Cobo.

 

¿Cómo se va a desarrollar el dispositivo? La empresa Mémora se ha encargado de todos los preparativos. Aporta 17 trabajadores, entre los que figuran siete procedentes del cementerio de Barcelona. La compañía ha instalado dos módulos de reconocimiento, otro para la atención a las familias, además de una carpa desmontable para que las condiciones climatológicas no dificulten los trabajos de exhumación. También aporta un coche eléctrico para el traslado de familiares, un vehículo fúnebre, toros elevadores y todo el material necesario.

 

El protocolo está muy estudiado y se han realizado ensayos dramatizados para atender las posibles reacciones de las familias ante la exhumación de sus allegados. En primer lugar, el día en el que hayan sido citados los afectados, un asesor los recibirá en un módulo que se ha instalado junto a la entrada antigua del cementerio. Tras comprobarse los datos y conocer la decisión que han tomado sobre los restos de su difunto (reubicarlos en la réplica de la manzana 24 que se acaba de construir, incinerarlos, trasladarlos a otro cementerio...), se les acompañará al módulo de reconocimiento sencillo.

 

Allí se les ofrecerá la posibilidad de asistir a la exhumación a pie de nicho o seguir el proceso a través de una pantalla. En todo momento, la familia estará acompañada por el asesor y, si fuera necesario, por un psicólogo. Las brigadas extraerán el ataúd y lo llevarán al módulo de identificación. Las exhumaciones comenzarán por el primer nicho de la parte superior izquierda y avanzarán en columnas verticales y en ningún caso coincidirán dos familias.

 

Si no hay problemas de identificación, se llevará el féretro a los nuevos nichos y se inhumará en el mismo lugar que ocupaba en la manzana 24. Todo el proceso se grabará para que quede debidamente documentado. En el caso de que haya dificultades, por ejemplo porque se hayan producido hundimientos, se cerrará el nicho y se citará para otro día a la familia. Esos restos pasarán al módulo de reconocimiento complejo, que cuenta con una cámara con capacidad para 24 cadáveres.

 

El proceso se prolongará hasta junio. Durante las primeras jornadas de trabajo, el ritmo será de cuatro o cinco enterramientos diarios para progresivamente llegar a 15. Por el momento, de las 1.190 familias afectadas, quedan por localizar a 100. Se trata de casos en los que los allegados están fuera de Zaragoza o en los que han fallecido las personas de enlace. No obstante, el Ayuntamiento seguirá tratando de que todos reciban la información y, aunque el traslado esté en marcha, los dispositivos de localización seguirán abiertos. Los afectados pueden resolver dudas en las oficinas del cementerio, la web municipal y el teléfono 010.